Trump ensalza los decretos ejecutivos que antes criticaba

El presidente Donald Trump marcará sus primeros 100 días en el cargo emitiendo numerosos decretos ejecutivos para cumplir sus compromisos de campaña y adjudicarse victorias, usando un recurso que había criticado antes.

Sin embargo, que Trump recurra con frecuencia a las medidas ejecutivas exhibe sus dificultades para conseguir la aprobación de iniciativas en el Congreso controlado por su propio partido y pocas de esas acciones parecen redituar los cambios radicales que había prometido.

Los colaboradores de la Casa Blanca dijeron que Trump habrá emitido hasta el viernes un total de 32 órdenes ejecutivas, la cifra más alta que haya firmado un mandatario estadounidense en sus primeros 100 días desde la Segunda Guerra Mundial.

La realidad hoy dista muchísimo del encendido discurso de campaña de Trump, quien arremetía contra su predecesor, Barack Obama, por recurrir a los decretos ejecutivos en su intento por evitar a los republicanos que controlaban el Congreso.

Trump argüía entonces que él, un consumado negociador, no necesitaría utilizar ese recurso presidencial.

"El país no se basó en decretos ejecutivos", declaró Trump durante una reunión efectuada en febrero de 2016 en Carolina del Sur.

"En este momento, Obama nada más anda firmando órdenes ejecutivas. No puede siquiera llevarse bien con los demócratas y emite todos estos decretos presidenciales. Básicamente es un desastre. No se puede hacer eso".

Sin embargo, desde que asumió la presidencia, Trump ha aprendido a encariñarse con las medidas ejecutivas.

En un comunicado dirigido a la prensa el martes, la Casa Blanca afirmó que el amplio número de decretos presidenciales es prueba de que "Trump ha logrado más en sus 100 días que ningún otro mandatario desde Franklin Roosevelt".

La Casa Blanca ha defendido el uso de las medidas presidenciales y las ha descrito como necesarias para lograr con celeridad las soluciones para lo que el pueblo estadounidense eligió a Trump a fin de que las decretara.

Primero, los asesores del presidente prepararon una ofensiva de medidas ejecutivas, y la parte central de esa andanada en la primera semana fue las restricciones que Trump impuso a la entrada de extranjeros.

Sin embargo esa prohibición preparada con premura fue rechazada en las cortes. Una segunda orden que sustituía a la primera también continúa en el limbo judicial.

Los presidentes recurren con frecuencia a las órdenes ejecutivas cuando tienen dificultades en avanzar sus agendas en el Congreso controlado por la oposición.

Pero Trump ha tenido complicaciones aun cuando ambas cámaras legislativas están en poder de los republicanos. Su iniciativa de salud ni siquiera llegó a votación en la Cámara de Representantes debido a las severas críticas que la medida recibió tanto de los republicanos moderados como conservadores.

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Lemire informó desde Nueva York.

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