El Barcelona revivió en Turín la pesadilla de París. El encuentro frente a la Juventus fue una reanudación del partido de ida contra el PSG. Los de Luis Enrique cometieron los mismos errores que hace un mes y medio: mal posicionados en el campo, sin entusiasmo y a verlas venir. Desde París, el Barcelona no ha mejorado fuera de casa. Ha disputado cinco partidos lejos del Camp Nou y ha perdido tres (Deportivo de la Coruña, Málaga y Juventus).
El club ha perdido identidad, Piqué, un futbolista, actúa como presidente ante la dejación de funciones de una junta directiva más propia de una multinacional que de un club de fútbol. Bartomeu, funcionario del dinero, arrasó en las elecciones tras el éxito del Triplete y fue reelegido con más del 50% de los votos. Presentó en su equipo a dos caras nuevas: Susana Monje como vicepresidenta económica y Roberto Fernández, ahora conocido como Robert Fernández, de secretario técnico. La vicepresidenta, responsable de economía del cub, tuvo que dimitir por no pagar a los trabajadores ni a la seguridad social de su holding empresarial de la construcción.
Todo el foco recae en Robert Fernández. Es la persona que decidirá quién será el próximo entrenador del Barcelona. Su política de fichajes ha sido la de complementar el equipo. Esta temporada contrató por unos 125 millones de euros a jugadores jóvenes como Umtiti, Digne, André Gomes, Denis, Alcácer y Cillesen, todos de la generación del 90, menos el portero del 89. De todos ellos, el único futbolista que ha funcionado es Umtiti. Su gran y único acierto en la secretaría técnica. Robert Fernández declaró en su momento que Sandro se iba gratis del Barcelona y era por su decisión. Casualidades del destino, el delantero del Málaga fue el que puso el primer clavo en el ataúd del Barcelona.
Luis Enrique, descorazonado y dolorido, dijo que le cuesta más creer en esta remontada que en la de antes. Repasará los errores con los suyos pero parecía estar dando el pésame a su obra en el club. "Tengo derecho al luto", explicó. Este sábado juegan contra la Real Sociedad y tratarán de desquitarse en el Camp Nou. No estará Neymar, sancionado con tres partidos por su expulsión en Málaga y por aplaudir al cuarto árbitro. Tampoco podrá jugar contra el Real Madrid en el Bernabéu. Una decisión que traerá cola. El delantero brasileño sí estará contra la Juventus en el partido de vuelta. De su alegría depende un Barça de luto. Como argumenta Valdano: "Que nadie se confunda: cuanto más se ríe Neymar, más en serio hay que tomarlo". En Barcelona todo son llantos.