Flint avanza gradualmente para reemplazar tuberías de agua
Flint avanza gradualmente para reemplazar las tuberías de agua potable
Los residentes de Flint aún podrían tener que esperar unos años para poder beber agua del grifo sin filtrar, mientras la ciudad avanza gradualmente en su ambicioso si no excesivamente optimista proyecto para reemplazar las viejas tuberías de agua contaminada con plomo.
El coordinador de la iniciativa FAST Start, el jubilado general de brigada de la Guardia Nacional Michael McDaniel, dijo que su objetivo es terminar los reemplazos de tuberías en 2019, mediante un calendario que instalará tuberías nuevas a un ritmo de 6.000 viviendas al año.
La ciudad calcula que necesita substituir las tuberías que abastecen a unos 20.000 hogares.
"Hasta ahora, yo diría que ha sido lento", dijo McDaniel. "Queríamos reemplazar 1.000 líneas de servicio en la ciudad de Flint en 2016 y todavía estamos trabajando en ese contrato porque hemos tenido un invierno bastante cálido".
Hasta la semana pasada, las tuberías de menos de 800 casas habían sido reemplazadas por nuevos tubos de cobre. El proyecto se ha visto plagado de problemas, que incluyen registros inexactos sobre la ubicación de las tuberías y el tipo de material utilizado en ellas. El financiamiento para el proyecto más allá de este año es también incierto.
Los trabajos se realizan mientras algunos residentes de esta ciudad pobre donde el 57% de los aproximadamente 100.000 residentes son negros todavía no confían en el gobierno debido a los fracasos que condujeron a la crisis del agua contaminada por plomo.
Para ahorrar fondos mientras estaba bajo control del estado, la ciudad utilizó agua del río Flint durante 18 meses sin darle tratamiento para prevenir la corrosión de las tuberías de acero. Como resultado, el agua provocó que el plomo se desprendiera de los tubos viejos y llegara a las casas.
Se detectaron elevados niveles de plomo, una neurotoxina, en niños, y además murieron 12 personas de un brote de legionelosis relacionado al mal tratamiento del agua. Antes de la crisis, el gobierno subestimó las quejas de los residentes sobre el color, olor y sabor del agua.
En general, el nivel del plomo en Flint ya no está por encima de los límites federales, pero las autoridades aún requieren que los habitantes utilicen filtros provistos por el estado.
Según un informe publicado hace un mes por la Comisión de Derechos Civiles de Michigan, un "racismo sistémico" de varias décadas estuvo en el centro de los problemas que causaron la crisis de agua contaminada con plomo en Flint.
En el texto se dice que la comisión no encontró ninguna violación a las leyes de derechos civiles y que nadie "intentaba envenenar a Flint", pero el informe concluyó que las decisiones habrían sido distintas en caso de tratarse de las comunidades más ricas y predominantemente blancas del estado.
Michigan ha destinado cerca de 250 millones de dólares para resolver el desastre. Un total de 13 funcionarios o exfuncionarios del gobierno han sido acusados formalmente por la crisis, incluidos dos administradores de emergencias designados por el gobernador Rick Snyder para manejar la ciudad.
El informe de la comisión resalta las acciones a nivel local, estatal y federal para ayudar a Flint desde finales de 2015, pero criticó la falta de oportunidad, al indicar que para entonces los habitantes "ya llevaban más de un año reportando que el agua estaba turbia y sabía mal".