Gobiernos de la UE trazan futuro del bloque sin Gran Bretaña
Altos funcionarios de la Unión Europea se esfuerzan por asegurar a los pequeños países del este que no quedarán atrás mientras el bloque planifica su futuro sin Gran Bretaña
Altos funcionarios de la Unión Europea se esforzaron el viernes por asegurar a los pequeños países del este que no quedarán atrás mientras el bloque planifica su futuro sin Gran Bretaña.
Durante una cumbre en Bruselas alterada por una disputa con Polonia, los presidentes del Consejo Europeo y la Comisión Ejecutiva reiteraron los llamados a la unidad mientras las 27 naciones restantes debaten si el bloque comercial más grande del mundo debe convertirse en un superestado federal o moderar sus ambiciones.
"Nuestro objetivo principal debe ser fortalecer la confianza y la unidad entre los 27", dijo el titular del Consejo Europeo, Donald Tusk, después de presidir la última sesión de la reunión de dos días. "Si quieren ir rápido, vayan solos. Si quieren ir lejos, vayan juntos".
El objetivo de la reunión era concentrarse en los preparativos para un gran encuentro en Italia el 25 de marzo, al cumplirse el 60 aniversario del Tratado de Roma, el pacto fundacional de la UE. Finalmente predominó una discusión sobre si se debe permitir a las grandes economías avanzar por su cuenta.
Os 28 miembros actuales funcionan a distintas velocidades en materia de la cooperación dentro del bloque. Solo 19 usan la moneda euro, hay grupos menores que cooperan en asuntos como los impuestos y las leyes de divorcio y no todos los países forman parte de la zona libre de pasaportes.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, reconoció que en esta Europa de velocidades múltiples algunos países "parecen estar introduciendo una nueva línea divisoria, un nuevo tipo de Cortina de Hierro entre el este y el oeste".
"No se trata de la exclusión, se trata de organizar el progreso para los que quieren hacer más", dijo Juncker.
El primer ministro holandés Mark Rutte, que enfrenta elecciones la semana próxima, dijo que hablar de distintas velocidades "lleva a los europeos del este a creer que los están presionando, con preguntas acerca de si continúan en el proceso".
Su colega polaca Beata Szydlo dijo que su país "jamás aceptará una Europa de distintas velocidades porque eso conduciría a la desintegración de la UE".