Trump pregona "nuevo capítulo en la grandeza estadounidense"
Pregonando "un nuevo capítulo en la grandeza estadounidense", Donald Trump debuta ante una sesión conjunta del Congreso
Pregonando "un nuevo capítulo en la grandeza estadounidense", Donald Trump ofreció por primera vez el martes un discurso ante una sesión conjunta del Congreso. El presidente de Estados Unidos hizo un llamado a reestructurar el sistema de atención sanitaria del país, a incrementar significativamente el gasto militar y a invertir un billón de dólares en modernizar las avejentadas infraestructuras de la nación.
Apelando al optimismo estadounidense, el dirigente republicano declaró: "El tiempo de pensar en pequeño se acabó". Sin embargo, empleó un lenguaje más sombrío para describir la amenaza del "terrorismo islámico radical" un término que su propio asesor de seguridad nacional rechaza por incendiario y alertó contra la entrada "imprudente" e "incontrolada" de refugiados y migrantes de países vinculados a grupos extremistas.
En un discurso de una hora, Trump defendió sus primeras acciones como presidente e ignoró los tropiezos de su administración que han puesto incluso a sus aliados en Washington en alerta. Esbozó una agenda populista centrada en las promesas para obligar a las empresas a reinstalar sus fábricas en Estados Unidos. El mandatario se mostró inusualmente comedido y adoptó la pompa y tradición de un mensaje presidencial ante el Congreso.
Trump fue recibido con aplausos entusiastas a su entrada a la Cámara de Representantes, aunque la sala estaba llena de demócratas que se oponen enérgicamente a sus políticas y de muchos republicanos que nunca esperaron que fuera elegido. La mayoría de los legisladores republicanos le han tendido la mano tras su llegada a la Casa Blanca con la esperanza de que actúe en base a las prioridades nacionales que vieron bloqueadas durante los ocho años del expresidente Barack Obama en el poder.
Encabezando esa lista está la derogación de la reforma sanitaria de Obama y su sustitución. Trump ofreció un bosquejo básico de sus prioridades, que incluyen asegurar que las personas con enfermedades previas tengan cobertura de sus gastos médicos, permitir la contratación de un seguro en otro estado y ofrecer créditos fiscales y ampliar cuentas de ahorro para la salud para ayudar a financiar la atención. Insinuó que podría eliminar el actual requerimiento de la ley que indica que todos los ciudadanos deben tener cobertura médica y señaló que "obligar a que cada estadounidense compre un seguro médicos aprobado por el gobierno nunca fue la solución correcta para Estados Unidos".
En un llamado directo al bipartidismo, Trump se giró hacia los demócratas y dijo: "¿Por qué no unir fuerzas para hacer el trabajo por fin y hacerlo bien?".
Los demócratas, ahora firmemente refugiados en la minoría, permanecieron sentados en silencio mientras los republicanos se ponían de pie para aplaudir. Algunos llevaban chapas azules a favor de la atención sanitaria y decenas de mujeres demócratas se vistieron de blanco en honor del movimiento sufragista.
El exgobernador de Kentucky Steve Beshear asumió un tono populista al ofrecer la respuesta oficial del Partido Demócrata al discurso. Acusó a Trump de planear "eliminar un seguro sanitario asequible" para los estadounidenses y de ser un defensor de Wall Street.
Trump fue vago en su petición de reforma fiscal, otra prioridad de los republicanos. Prometió un "alivio fiscal masivo para la clase media", y una reducción de los impuestos corporativos, pero no aclaró como compensaría los recortes.
El presidente instó además al Congreso a aprobar un paquete de infraestructuras de un billón de dólares que se financiaría con capital público y privado.
"Ha llegado el momento para un nuevo programa de reconstrucción nacional", dijo.
Trump envió mensajes inesperadamente contradictorios sobre inmigración, uno de sus temas estrella en campaña. Se comprometió a centrarse en las personas que viven de forma ilegal en Estados Unidos que "amenazan a nuestras comunidades y se aprovechan de nuestros ciudadanos". Sin embargo, antes del discurso había dicho a periodistas que está abierto a una legislación que pueda ofrecer una vía para que legalicen su estatus, y ante el Congreso señaló que cree "que una reforma migratoria real y positiva es posible".