Posturas de Sessions podrían derivar en prisiones más llenas
La población en las prisiones federales está a la baja, pero las estrictas posturas del nuevo secretario de Justicia en torno a las drogas y al crimen podrían revertir esa tendencia
La población en las prisiones federales está a la baja, pero un nuevo secretario de Justicia, con posturas estrictas sobre las drogas y el crimen y la necesidad de construir más celdas en cárceles privadas, podría revertir esa tendencia.
Jeff Sessions, un ex fiscal federal que asumió este mes la cartera de Justicia, dijo durante su audiencia de confirmación y durante reuniones privadas en sus primeros días de trabajo que ve un papel central para el gobierno federal en el combate a las drogas y la violencia, y la inmigración ilegal.
El resultado podría ser un incremento, no solo en el número de condenas sino también en la longitud promedio de las sentencias buscadas, incluso para delitos menores. En caso de que eso suceda, nuevamente serían puestos a prueba los recursos de un sistema penitenciario que durante años ha luchado contra el hacinamiento, pero que experimentó un descenso en su población conforme las autoridades asumieron una postura diferente a los casos relacionados con drogas.
"Dada la retórica que viene de la Casa Blanca y dada la elección de Sessions como secretario de Justicia, un incremento en la población de las cárceles federales y la parálisis de las reformas estatales es una posibilidad muy real", dijo Inimai Chettair, directora del programa de justicia en el Centro Brennan para la Justicia.
La postura de Sessions en lo referente a delitos por drogas se hará sentir en las cortes de todo el país así como en la esencia del Departamento de Justicia.
Casi la mitad de los presos federales están detenidos por delitos relacionados con drogas, y el presupuesto de la Oficina de Prisiones representa casi la tercera parte del plan de gastos del departamento, que asciende a 29.000 millones de dólares. La población de reclusos se disparó durante la guerra contra las drogas en la década de 1980, cuando el Congreso abolió la libertad condicional y se impusieron condenas mínimas obligatorias que derivaron en decenas de años de cárcel para los culpables.
Pero en los últimos años, tanto republicanos como demócratas han expresado su preocupación sobre los inflados costos de las prisiones y han buscado formas para recortar la población de presos.