Congreso EEUU por enfocarse en salud pública y Corte Suprema
Tras receso, el Congreso de EEUU se enfoca en la salud pública y la Corte Suprema
Los legisladores regresan esta semana a Washington tras un receso a fin de tomar decisiones drásticas sobre el sistema de salud pública y la Corte Suprema, dos terrenos que pueden ayudar a determinar la dirección de la presidencia de Donald Trump.
El propio presidente tendrá oportunidad de hablar ante una sesión conjunta del Congreso el martes por la noche, su primer discurso ante los legisladores desde que llegó a la Casa Blanca.
Los republicanos, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado, estarán escuchando atentamente el discurso en busca de orientación o cualquier detalle en el que Trump desee hacer énfasis sobre el sistema público de salud o los impuestos, áreas donde algunas de sus preferencias siguen siendo un misterio.
Los republicanos en el Congreso insisten en que están trabajando estrechamente con el nuevo gobierno federal en asuntos como las reformas a la legislación de salud. Finalmente les llegó el momento de cumplir con siete años de promesas de derogar y reemplazar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible (PPACA por sus siglas en inglés), promulgada por Barack Obama en marzo de 2010 y ratificada por la Corte Suprema en junio de 2012.
Los republicanos en la Cámara de Representantes esperan aprobar una iniciativa de ley a principios de abril y enviarla al Senado, donde también es posible que haya avances antes de Pascua.
Los republicanos "mantendremos nuestra promesa al pueblo estadounidense", dijo el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, al enviar a los legisladores a sus casas para el receso del Día de los Presidentes, armados con paquetes informativos para defender los planes republicanos de cambios a la ley de salud.
Sin embargo, hay minas terrestres políticas que los esperan a su regreso.
El receso estuvo dominado por ruidosas asambleas de ciudadanos, en las que los republicanos se enfrentaron a preguntas difíciles sobre sus planes para reemplazar la ley de largo alcance con un nuevo sistema basado en créditos fiscales, cuentas de ahorro para la salud y fondos de alto riesgo.
Las preguntas importantes siguen sin ser contestadas, como el costo total y cuántas personas tendrán cobertura. También hay incertidumbre sobre cómo resolver las divisiones entre los estados sobre el dinero del programa gubernamental de asistencia médica para los pobres o discapacitados Medicaid.
La falta de claridad creó ansiedad entre los votantes de costa a costa, quienes bombardearon a sus legisladores con preguntas sobre lo que sucedería con su propia cobertura de salud y la de sus amigos y familiares.
Eso ha obligado a los republicanos a ofrecer garantías de que no tienen la intención de derogar la ley y dejar un vacío en su lugar, a pesar de que algunos conservadores en la Cámara de Representantes están a favor de hacer precisamente eso.