La Casa Blanca defiende a Priebus en caso del FBI
La Casa Blanca defiende a Reince Priebus de las acusaciones de que le hizo una petición indebida al FBI
La Casa Blanca defendió el viernes a su secretario general Reince Priebus de las acusaciones de que violó una norma gubernamental cuando le pidió al director del FBI que desmintiera públicamente los reportes noticiosos de que asesores de la campaña del presidente habían estado en contacto frecuente con agentes de inteligencia rusos.
Sean Spicer, portavoz del mandatario Donald Trump, argumentó que a Priebus prácticamente no le quedó otra opción salvo solicitar el apoyo de James Comey, el director del FBI, para refutar lo que Spicer dijo fueron reportes inexactos sobre los contactos durante la campaña electoral del año pasado. El FBI no emitió el comunicado que Priebus solicitó y no ha dado indicios de que piense hacerlo.
"No sé qué otra cosa se suponía que teníamos que hacer", afirmó Spicer.
El Departamento de Justicia tiene políticas para limitar las comunicaciones entre la Casa Blanca y el FBI sobre las investigaciones que esta agencia está realizando. Los funcionarios de Trump no sólo confirmaron el viernes los contactos entre Priebus y el FBI, sino que se hicieron una difusión pública de dichas conversaciones privadas.
Spicer dijo que fue el FBI el que primero se acercó a la Casa Blanca para hablar sobre la veracidad de una historia de The New York Times, en la que el diario afirmaba que los asesores de Trump tuvieron contactos con funcionarios de inteligencia rusos durante la campaña presidencial. Spicer dijo que luego Priebus le preguntó a Comey y al subdirector Andrew McCabe si condenarían la historia públicamente, algo que declinaron hacer.
"El secretario general dijo: 'Bueno, nos han puesto en una situación muy difícil''', señaló Spicer. "Ustedes nos han dicho que una historia que hacía algunas acusaciones bastante significativas no es cierta. Y ahora quieren que simplemente nos quedemos sentados".
El FBI rechazó comentar sobre el asunto, y tampoco quiso verificar la versión de la Casa Blanca.
Las revelaciones del viernes son un nuevo roce en la de por sí complicada relación de Trump con el FBI y otras agencias de inteligencia. Ha acusado a los funcionarios de este sector de entregar información secreta sobre él a los medios de comunicación, y el viernes por la mañana afirmó en un tuit que el FBI es "totalmente incapaz de detener a los 'filtradores' de la seguridad nacional que han penetrado a nuestro gobierno durante largo tiempo".
La presidenta del bloque demócrata en la cámara baja, Nancy Pelosi, acusó a Priebus de cometer "una violación indignante a la independencia del FBI". Pidió al inspector general del Departamento de Justicia, del cual depende esa agencia policial, que investigue todas las conversaciones que han mantenido Priebus y otros funcionarios de la Casa Blanca con el FBI sobre investigaciones en curso.
"El estado de derecho depende de la completa independencia del FBI, libre de presiones políticas de parte de los objetivos de sus investigaciones", afirmó Pelosi.
En un memorándum interno de 2009, el entonces secretario de Justicia Eric Holder indicó que el Departamento de Justicia debe asesorar a la Casa Blanca sobre pesquisas civiles o penales abiertas "solo cuando sea importante para el ejercicio de los deberes del presidente y apropiado desde un punto de vista policial".
Ron Hosko, un subdirector retirado del FBI que supervisó investigaciones penales, dijo que las conversaciones entre el FBI y la Casa Blanca de Trump no eran recomendables.
"Es una pendiente muy resbalosa", afirmó Hosko. "¿Me pongo en la posición en la que pongo al día a la Casa Blanca sobre mis procesos prioritarios? La respuesta es no, no debería estar haciendo eso".
Los funcionarios de la Casa Blanca sólo aceptaron hablar sobre el caso a condición de guardar el anonimato. Dos horas después, Trump criticó las historias noticiosas que se apoyan en fuentes anónimas. En declaraciones ante una conferencia conservadora, dijo que a los reporteros "no se les debería permitir usar fuentes a menos de que usen el nombre de alguien".
La Casa Blanca dijo que Priebus sostuvo una reunión con McCabe la mañana posterior a que se publicara la historia del Times pero que ya estaba programada de antemano. De acuerdo con Spiecer, McCabe le dijo a Priebus en "términos muy coloridos" que el reporte era impreciso, por lo que el secretario general le preguntó al FBI si éste difundiría públicamente su punto de vista.
Spicer indicó que McCabe le dijo a la Casa Blanca que el FBI no quería tener que estar refutando versiones noticiosas. Comey le mandó un mensaje similar a Priebus más adelante el mismo día, de acuerdo con un portavoz de la Casa Blanca.
La residencia presidencial señaló que McCabe y Comey le dieron a Priebus el visto bueno para que desacreditara la historia públicamente, algo que el FBI no ha confirmado.
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Los periodistas de The Associated Press Eric Tucker, Vivian Salama, Jill Colvin y Ken Thomas contribuyeron con este despacho.
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