Condenan a hombre por homicidio involuntario de hijo en coma
Condenan a hombre de Pensilvania por el homicidio involuntario de su hijo, que vivió más de dos décadas en coma
Un hombre de Pensilvania fue absuelto de asesinato en tercer grado pero condenado por el homicidio involuntario de su hijo, que vivió más de dos décadas en estado vegetativo después de una lesión cerebral.
Christopher Barber, quien cumplió seis años de prisión en la década de 1990 por ataque agravado relacionado con el mismo caso, fue puesto en libertad después de que el juez consideró que había cumplido por el tiempo cumplido tras las rejas.
Los fiscales dijeron que el hombre de 47 años le causó daño cerebral catastrófico a su hijo cuando era bebé, al sacudirlo y arrojarlo a un sofá con demasiada fuerza. Su hijo sobrevivió 23 años en estado vegetativo, acoplado a una máquina de respiración y alimentado a través de tubos, hasta que murió en mayo de 2015.
Los jurados en el condado de Monroe deliberaron menos de dos horas antes de pronunciar un veredicto el viernes. El juez le impuso entonces una sentencia de entre dos años y medio y cinco años, pero permitió la liberación de Barber debido al tiempo cumplido.
Barber dijo a la policía que su hijo no dejaba de llorar mientras lo alimentaba la víspera de Año Nuevo en 1991 en Saylorsburg, a unos 25 kilómetros al norte de Bethlehem.
Entre lágrimas, Barber declaró durante el juicio que no recordaba mucho de lo ocurrido esa noche y que tampoco recordaba lo que le dijo a la policía, pero insistió en que sí recordaba claramente que el bebé se le "cayó" y que no lo había "arrojado".
Dijo que en ese entonces, cuando tenía 21 años, era un hombre estresado por ser papá por primera vez y que trabajaba muchas horas para mantener a su familia. Cuando se le preguntó si la cólera fue un factor, respondió que era agotamiento y frustración, no cólera.
Después del veredicto y antes de la sentencia, Barber se disculpó por sus acciones diciendo que asumió la responsabilidad desde el principio. "Nunca fue mi intención hacerle daño a mi hijo", aseguró.
El juez Art Zulick calificó el caso de "triste y horrible", pues no solo arrebató la vida de un niño a los dos meses de edad sino que dejó a un padre que ahora "tendrá que vivir con las consecuencias de esas acciones".
El fiscal adjunto de distrito, Michael Mancuso, dijo que se trató de un "caso difícil e inusual con una conclusión agridulce".
"Al final, no creo que cualquier tiempo pasado tras las rejas haga justicia por lo que esta víctima tuvo que sufrir", dijo.