AP VERIFICA: Trump malinterpreta la tasa de asesinatos
La visión pesimista de Donald Trump sobre los delitos con violencia en EEUU se basa en una afirmación falsa: la tasa de asesinatos es la más alta en casi medio siglo
La visión pesimista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre los delitos con violencia en Estados Unidos se basa principalmente en una afirmación falsa: la tasa de asesinatos es la más alta en casi medio siglo. De hecho, la cifra bajó claramente en ese periodo a pesar de un reciente repunte.
El martes, durante una reunión con jefes de policía locales, dijo: "La tasa de asesinatos en nuestro país es la más alta en 47 años, ¿verdad? ¿Lo sabían? Cuarenta y siete años. Yo solía usar eso lo dije en un discurso y todo el mundo se sorprendió porque la prensa no cuenta las cosas como son". Trump retomó su argumento y añadió: "La tasa de asesinatos es la más alta en, creo, entre 45 y 47 años".
LOS HECHOS: La tasa de asesinatos en 2015, el último año del que hay datos disponibles, está de hecho entre las más bajas en medio siglo. Se mantuvo en 4,9 asesinatos por cada 100.000 personas, lejos de las cifras de las décadas de 1970 y 1980 y de la mayor parte de 1990, que solían superar los 6 casos por 100.000 habitantes, subiendo a más de 10 en 1980.
Es cierto que 2015 registró uno de los mayores aumentos en décadas, un 10% más que los 4,4 asesinatos por cada 100.000 habitantes de 2014. Incluso con ese incremento, la tasa de homicidios no está en la línea con la de décadas anteriores.
Trump ha malinterpretado las estadísticas sobre delincuencia en varias ocasiones. El mes pasado afirmó que la tasa de asesinatos en Filadelfia se "incrementó terriblemente" aunque el año pasado bajó ligeramente. El número de muertes registradas en la ciudad subió en los dos años interiores, pero sigue siendo notablemente más baja que en las últimas décadas.
Además afirmó erróneamente que dos personas "fueron baleadas y asesinadas" en Chicago durante el discurso de despedida ofrecido por el entonces presidente Barack Obama el 10 de enero. Aunque Chicago experimentó un aumento en el número de muertes con respecto a décadas anteriores, nadie fue asesinado en Chicago ese día, según muestran los registros policiales, mucho menos durante el discurso de Obama.