Excolaboradores y leales a Obama censuran medidas de Trump
Allegados del expresidente Obama rechazan e incluso se oponen activamente a Trump
Consternados por los primeros días de gobierno de Donald Trump, leales, excolaboradores e incluso el portavoz del otrora presidente Barack Obama han comenzado a manifestar su rechazo e incluso a oponerse activamente al nuevo mandatario de Estados Unidos.
La situación constituye una advertencia para Trump de que sus acciones afrontarán la resistencia de los anteriores ocupantes de la Casa Blanca.
Aunque no parece que alguien esté coordinando la oleada de tuits, declaraciones públicas y desafíos directos contra Trump, algunos exfuncionarios del gobierno de Obama dijeron que han seguido el ejemplo de quien fue su jefe por bastante tiempo.
En sus últimas semanas como mandatario, Obama dijo que se mantendría como un expresidente respetuoso y fuera de la vista pública, pero señaló que se reservaba el derecho de protestar si Trump infringía lo que él consideraba la esencia de los valores estadounidenses.
No pasó ni una semana cuando Trump rebasó la línea fijada por Obama, con una orden ejecutiva que suspende la admisión de refugiados y restringe la llegada de personas de siete países de mayoría islámica.
Obama, que se fue de vacaciones a California después de concluir su periodo como mandatario, rompió el silencio esta semana a través de su portavoz. Obama "está fundamentalmente en desacuerdo" con la discriminación religiosa, dijo el portavoz.
Funcionarios leales a Obama ya han hecho pronunciamientos.
La embajadora de Obama en Naciones Unidas, Samantha Power, tuiteó el día de la asunción presidencial de Trump: "Levanten la mano si están dispuestos a defender todo lo que hemos construido juntos estos últimos ocho años, tanto en el país como en el exterior".
Una semana después, la asesora de seguridad nacional de Obama, Susan Rice, describió la reestructuración emprendida por Trump del Consejo de Seguridad Nacional como una "completa locura".
Sin embargo, Obama, que a decir de las encuestas dejó el cargo con popularidad y credibilidad, se ha mostrado cauteloso para no debilitar su influencia si cuestiona a su sucesor con rapidez.
Si lo hiciera, sería más fácil para Trump desestimar las críticas porque diría que naturalmente provienen de un opositor. Y si el exmandatario se convierte en el rostro de la oposición contra Trump, podría entorpecer el surgimiento de la próxima generación de líderes demócratas.
Por eso Obama se mantuvo en silencio el lunes cuando Trump despidió a Sally Yates, a quien el nuevo mandatario había nombrado como secretaria interina de Justicia. Obama también se mantuvo en silencio cuando Trump anunció a su candidato para la Corte Suprema, dijeron excolaboradores de la Casa Blanca que mantienen la comunicación con Obama.
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Josh Lederman está en http://twitter.com/joshledermanAP