Trump: Una Nueva Era
Llegó el día, pasó el día, y Donald Trump es el presidente número cuarenta y cinco de la potencia norteamericana, con la cual busca reencontrar las raíces de su nación, el "sueño" con el que tantas generaciones pasadas llegaron en su búsqueda, y donde sus futuras generaciones buscan todavía el ansiado sueño. "Hagamos grande a América" fue el lema de campaña de Donald Trump, y también lo fue en su toma de posesión, donde enfatizó su búsqueda de proteccionismo a sus seguidores, y hacia el mundo que permaneció atónito. Una nueva era empieza, y no sólo para los norteamericanos, sino para todo el globo.
En estas últimas semanas se estuvo hablando mucho de lo que fue el gobierno del expresidente Barack Obama, sobre el cumplimiento de sus promesas, y de aquellas que no logró cumplir; su legado, para ser más específicos, fue puesto en análisis y como se vería alterado por lo que venga. El juego donde cada uno lanza sus cartas sobre el futuro de ambos líderes fue la antesala de la esperada posesión.
Ahora llega Donald Trump, el excéntrico millonario de los reality shows, y su promesa de engrandecer el "sueño". Para algunos puede ser que el frío de la capital norteamericana haya alejado a la multitud para ver a su nuevo presidente; para otros puede ser que haya sido la antipatía (o el miedo) que ocasionó este veinte de enero; pero en realidad (y esto se conjuga con lo segundo), únicamente se ha hecho patente lo dividido que estará Estados Unidos en los siguientes cuatro años (si es que no son ocho al final).
Ya no se trata del primer presidente afroamericano, de esa época en la que se creía que el futuro podría ser mejor, más próspero y libre de todo prejuicio. La esperanza estaba en el aire de ese enero de 2009, e incluso el premio Nobel de la paz, que llegó poco después, terminó siendo un aliciente de lo mucho en que se confiaba en Barack Obama y en su política de "Si se puede".
Pero ahora, cuando ya se han acabado las visitas de un presidente moderno, que prometía lo mejor bajo un discurso que motivaba por doquier, las cosas son totalmente distintas; sobre todo en el último lustro, donde la endeble, y corrupta, política global se hizo más obvia para la población en general, hasta llegar a desprenderse de los que se consideró el "establishment" que, irónicamente, a través del discurso que buscaba la continuidad del cambio bajo su mando, se vieron alejados por este ambiente de desconfianza que ha alcanzado esos extremos que fueron considerados como imposibles.
Llegó el día, y ahora, Donald Trump comienza su tan sorpresivo ascenso en la política. "Que empiecen los juegos", como dirían en las redes sociales. Cada movimiento será revisado desde todos sus ángulos, cada expresión, cada tema que salte en la sartén de su poder será observado por el mundo, atentos de lo que pueda pasar... Esto es apenas el principio, un largo principio.