Entrevista a periodista deportivo Guille Gim?nez: "El periodismo consiste en molestar"
Ha cogido el relevo de Andrés Montes para contar el baloncesto de manera satírica y mordaz. Guille Giménez es hoy la voz inconfundible de la NBA en España. Ha encendido de nuevo la llama de la comunicación baloncestística a través de un lenguaje propio gracias al aprendizaje de grandes maestros como Ramón Trecet y Enrique Pastor.
En la actualidad forma un binomio quijotesco al lado de Antoni Daimiel. En sus comentarios se nota cierta daimielización y en los de Daimiel una evidente guillergimenización en el tono jocoso de sus conversaciones. Como ocurre con el mundo loco de Quijote y Sancho han conseguido traspasar fronteras y sus interpretaciones sagaces sobre cuestiones cotidianas se convierten en virales a través de Internet.
Comunicar viene del latín communicare: poner en relación, compartir, recuperar la comunidad de origen. ¿Cómo es la infancia de Guille Giménez y cuándo decide ser periodista deportivo?
- Nací en Madrid y me crié en una Urbanización de las afueras, aunque acudía cada día a un colegio en la Ciudad. Jugar al Fútbol, al Baloncesto, dar clases de Piano y estudiar lo justo, era mi día a día. Cuando crecí un poco me dediqué a organizar concursos de mates en el recreo y a gastarme toda la paga que me daban mis padres en discos. Y decidí ser periodista deportivo con 12 años. Lo de hablar de tus aficiones, que te paguen por ello y no madrugar, me pareció lo máximo. Y me lo sigue pareciendo.
He leído que su ídolo fue Petrovic. ¿Cómo vivió esos 80's con los primer programa en España orientado hacia la NBA con Cerca de las estrellas (1988) de Ramón Trecet y sus primeras narraciones?
- Ramón Trecet me influyó decisivamente, como Andrés Montes después. En los 80 en España se llevaba la narración seria, correcta y formal. Trecet rompió con todo eso. La NBA era un espectáculo grandioso y Trecet supo acompañar el producto y hacerlo más atractivo aún.
¿Existiría Guille Giménez sin los moldes que rompió Andrés Montes anteriormente? Usted mismo se vio en muchas conversaciones defendiendo las dotes de Montes como comentarista cuando era criticado duramente desde posiciones reaccionarias.
- Yo fui defensor de Montes desde el primer día. Y sí, era muy, muy criticado. Ahora le recuerda con cariño gente que por entonces despotricaba contra él. Montes siguió la línea de Trecet y fue aún más lejos, hablando de asuntos cotidianos para llenar los tiempos muertos de esos partidos que a veces son interminables. Ser compañero suyo fue un placer y un honor. Tenía un carácter difícil, pero era buena gente.
Montes se marcha de Canal Plus y usted decide dar el salto y abrirse un hueco en escena gracias a los ánimos de Antoni Daimiel. ¿Cómo se preparó su primer partido como narrador? ¿Le pidió consejos a Montes antes de su fallecer?
- Nunca hablé con Montes sobre mis inicios como narrador. Él estaba ya en la Sexta y teníamos poco contacto. Todos los consejos se los pedía a Daimiel y a Ramón Fernández, además de escuchar narraciones de partidos del gran Enrique Pastor. Los primeros partidos me los preparé mucho. Demasiado. Montones de datos que aburren a cualquiera.
¿Cómo es la simbiosis con Antoni Daimiel con el que trabaja desde hace 20 años?
- Nos influimos el uno al otro. Sobretodo con el tono a la hora de hablar y el lenguaje común que hemos ido creando. Nos sale sin querer. No hay nada preconcebido.
El escritor Ken Robinson define el término 'El Elemento' como el lugar donde convergen las cosas que nos gustan hacer y las cosas que se nos dan especialmente bien. Y que todos debemos encontrar el nuestro para ganarnos la vida con aquello que nos apasiona. ¿Siente que su Elemento son los partidos de la NBA? ¿Cree que podría utilizar ciertas palabras como 'Despiporre' en el contexto actual del fútbol?
- La NBA es mi elemento. Así es. Es el marco en el que mejor puedo explotar mis virtudes. Hay más libertad para hablar que en el fútbol. El periodismo futbolístico se ha ido convirtiendo en la modalidad de comunicación más aburrida que existe. Es el arte de quedar bien con todo el mundo y no molestar a nadie. Y el periodismo consiste en molestar, informando de cosas que el protagonista de la historia no quiere que se sepan. Y no me refiero a asuntos de su vida privada.
Su vida ha de ser completamente monacal. Duerme a las 7 de la mañana, se despierta las tres de la tarde. ¿Qué tal lo lleva su familia? ¿Es obsesivo del trabajo?
- Me ha costado mucho que la gente sea consciente de la vida que llevo. Que en Navidades NO "es un buen momento para vernos", que NO voy a "ir por la mañana al Banco", que tengan claro el "por que no les cojo el teléfono". Ya han entendido que si me llaman a las 11 de la mañana, es como si yo les llamo a las 4 de la madrugada. Que nadie me espere en el trabajo antes de las 3 de la tarde. Lo he conseguido, pero me ha costado varios años.
Sus términos plebeyos y lenguaje popular se han convertido en virales en redes sociales. ¿Cómo relaciona este éxito con la psique nacional? ¿Cómo lleva las redes sociales y qué opinión tiene sobre ellas para su trabajo?
- No creo que mis términos sean plebeyos o populares. Creo que las palabras picaflor, descalzaperros y despiporre estaban fuera del circuito habitual de la mayoría de la gente. Las redes sociales ayudan a popularizar todo lo que uno quiera vender. Es una herramienta fundamental, y más tratándose de la NBA. El seguimiento de la competición es más sencillo gracias a Internet.
Antes de los partidos le gusta pasar por el cine y ver películas. Algo similar hace Sampaoli que dice utilizarlas para detectar situaciones de la vida cotidiana que luego evalúa para la comunicación con sus futbolistas. ¿Le sirven para transmitir su mensaje o improvisa todo?
- Sí que voy mucho al cine. Y a festivales de música en verano. Cuantas más cosas tengas en la cabeza, más cosas tienes que contar. Pero todo es improvisado. No puedo prepararme nada porque nunca sé lo que va a decir Daimiel.
El periodista deportivo Dante Panzeri en 1970 consideraba a sus compañeros periodistas deportivos como una casta intocable porque no había nadie quien la juzgara. ¿Cómo ve el panorama en un mundo de la industria periodística que ha banalizado por completo el deporte?
- No estoy de acuerdo con Dante. Los periodistas deportivos son juzgados cada día, y más ahora en la era de Twitter. Sí que hay una Casta de Jefes. El resto hacemos lo que podemos en una profesión gobernada por los periodistas que nacieron antes.