EEUU: Lechería acusada de trata dice no haber visto demanda
Lechería de Idaho acusada de trata dice no haber visto demanda entablada por mexicanos
El administrador de una empresa de productos lácteos de Idaho acusada en una demanda por tráfico de personas rechazó hacer comentarios el jueves sobre los alegatos y dijo que no ha sido notificado de la acción jurídica.
Seis veterinarios mexicanos interpusieron el martes una demanda contra Funk Dairy Inc. en el Tribunal de Distrito de Boise, en la que afirmaron que fueron reclutados para trabajar como profesionales en su materia pero en lugar de ello fueron obligados a laborar como peones durante cerca de un año.
"Hasta el momento no hemos sido notificados de ninguna demanda contra Funk Dairy", dijo el administrador Curtis Giles. "Nosotros nos preocupamos por nuestros empleados y nos aseguramos que sean atendidos en todos los aspectos de su empleo".
Giles es una de las personas mencionadas como acusados en la querella, junto con el propietario de la empresa David Funk y el abogado de inmigración Jeremy Pittard. A inicios de la semana, Pittard dijo que su único involucramiento en el caso fue ayudar a tramitar las visas a solicitud de la compañía lechera. Pittard rechazó comentar sobre las condiciones de trabajo en la empresa porque no la visitó, pero señaló que el negocio tenía una buena reputación en el área.
La demanda asegura que los veterinarios fueron obligados ilegalmente a trabajar como empleados generales a pesar de tener visas de trabajo como profesionales, que recibieron hospedaje inadecuado y salarios más bajos de lo prometido. Además, fueron amenazados con la deportación si no realizaban bien su trabajo. Los demandantes solicitan una indemnización monetaria no especificada, de conformidad con las leyes federales de combate al tráfico de personas.
Los veterinarios César Martínez Rodríguez, Dalia Padilla López, Mayra Muñoz Lara, Brenda Gastélum Sierra, Leslie Ortiz García y Ricardo Neri Camacho afirmaron también en la demanda que sus empleadores explotaron su temor, su incapacidad para hablar inglés y su desconocimiento del sistema jurídico estadounidense para obligarlos a permanecer en la granja lechera de 2014 a 2015.