Irlanda apelará cobro de impuestos millonarios contra Apple
Apple apela orden de la UE de que pague impuestos atrasados por 14.000 millones de dólares
Apple informó el lunes que presentó apeló contra la orden de la Unión Europea de que se le cobren impuestos atrasados por la cantidad sin precedente de 13.000 millones de euros (14.000 millones de dólares), que resultan de la manera como ha declarado sus ganancias en la Unión Europea a través de Irlanda.
Apple agregó en un comunicado que adoptó la medida después de la apelación similar interpuesta el día anterior por Irlanda.
Dublín solo cobra a la compañía con sede en Cupertino, California, los impuestos por las ventas que efectúa en el país.
La comisionada de Competencia de la Unión Europea, Margrethe Vestager, dijo que Apple utiliza dos compañías fantasma registradas en Irlanda para difundir su informe de ganancias que obtiene en todo el bloque y a las que se les aplica una tasa efectiva muy inferiores a 1%, de acuerdo con la estructura fiscal acordada entre la firma y el país.
Apple dijo en un comunicado que la UE adoptó una "medida unilateral y cambió las reglas de manera retroactiva, sin importarle décadas de leyes fiscales en Irlanda, la ley fiscal en Estados Unidos así como el consenso global sobre política fiscal".
"Si se sostiene ese criterio, Apple pagaría el 40% de todos los impuestos cobrados a las empresas en Irlanda, lo que no tendría precedentes y más que equilibrar el terreno de juego, afecta de manera selectiva y adversa a Apple", señaló la compañía.
"Esto no tiene sustento en la realidad ni jurídicamente y tenemos confianza en que el fallo será rechazado", agregó.
Apple afirma que a nivel mundial paga un impuesto sobre la renta de alrededor de 26%.
Las apelaciones presentadas por Irlanda y Apple abren el escenario de una titánica batalla jurídica que tendrá implicaciones para más de 600 multinacionales estadounidenses instaladas en Irlanda y miles más que aprovechan tecnicismos para evadir impuestos a nivel global.
El Departamento de Finanzas de la UE se ha comprometido a poner fin a las normas que permiten las empresas fantasma, aunque las compañías globales podrían evitar ese obstáculo mediante cambios en las mismas estrategias de contabilidad en otros países fuera de la ira de la UE.