Texas no ocupa primer lugar en ejecuciones en 2016
Texas, histórico líder en ejecuciones de reos en EEUU, perdió esa distinción en 2016
El estado de Texas, histórico líder en ejecuciones de reos en la nación, perdió esa distinción en 2016, y sus dos condados más poblados no enviaron a ningún asesino convicto al pabellón de la muerte, según un reporte.
El cambio se debe a una creciente vacilación jurídica y pública a imponer la pena capital, según la Coalición de Texas para la Abolición de la Pena de Muerte.
"El panorama para la pena de muerte en Texas continúa cambiando drásticamente", dijo en un reporte de fin de año Kristin Houlé, directora ejecutiva del grupo intercesor. "Fiscales, jurados, jueces y el público están sometiendo las prácticas de pena de muerte de nuestro estado a un escrutinio sin precedente y, en muchos casos, están aceptando alternativas a la pena capital", señaló.
Los jurados en Texas enviaron este año sólo a tres asesinos convictos al pabellón de la muerte, y ninguno de ellos provino de los dos condados más poblados: Harris, que incluye Houston; y Dallas, que incluye Dallas-Fort Worth. Esos dos condados de Texas han condenado a muerte a más reos que cualquier otro condado en la nación desde que se restableció la pena de muerte en Estados Unidos en 1976, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.
Siete asesinos convictos fueron ejecutados este año en Texas con inyección letal, la cifra más baja desde que fueron ejecutados tres en 1996. Por primera vez desde 2002, Texas no encabezó o empató como el estado con más ejecuciones. Georgia tiene esa distinción en 2016, con nueve, mientras que sólo cinco estados Georgia, Texas, Missouri, Alabama y Florida sumaron las 20 ejecuciones a nivel nacional.
Ninguno de los siete reos ejecutados este año en Texas era afroestadounidense, aunque los tres prisioneros sentenciados a muerte en 2016 son de raza negra. En los últimos cinco años, siete de las 35 personas sentenciadas a muerte en Texas eran de raza blanca, según el reporte de la coalición, el cual sostiene que las estadísticas mostraban "patrones de racismo" en la imposición de la pena capital.