Gobierno estatal mexicano media en intercambio de cautivos
El gobierno de Guerrero media entre un grupo del crimen organizado y un grupo de ciudadanos
El gobierno del estado mexicano de Guerrero se ha convertido en mediador entre un grupo del crimen organizado y una serie de ciudadanos que secuestraron a la madre de un capo y a una veintena de miembros de ese grupo para tratar de recuperar el control de su población en plena región de cultivo del opio.
Las autoridades guerrerenses enviaron a la policía a buscar a María Félix de Almonte Salgado, madre del capo Raybel Jacobo de Almonte, alias "El Tequilero", después de que los vecinos de la población de San Miguel Totolapan lograran la libertad de un ingeniero secuestrado por el grupo delictivo.
El insólito enfrentamiento salió a la luz cuando la gente del pueblo, harta de secuestros, extorsiones y asesinatos, creó un grupo armado de autodefensa y capturó el lunes a la señora Almonte Salgado y a una veintena de presuntos miembros del grupo de "El Tequilero". A continuación publicaron videos en los que ofrecieron intercambiar los cautivos por Isauro de Paz Duque, un ingeniero de la construcción secuestrado el día anterior, aparentemente para obtener rescate.
Decenas de pobladores recibieron con aplausos a De Paz Duque cuando apareció con cara de preocupación en la plaza del pueblo. Inmediatamente entregaron a Almonte Salgado a la policía, que a su vez aparentemente la entregó a miembros del grupo criminal. El intercambio fue grabado en video por funcionarios de derechos humanos de Guerrero.
El gobierno estatal negó públicamente haber negociado con el grupo delictivo, pero es evidente que el contacto existió.
"El gobierno del estado intervino como intermediario, no como negociador; no negociamos nada", dijo el gobernador Héctor Astudillo a la prensa local.
Una vez concluido el exitoso intercambio, el jueves por la tarde el gobierno guerrerense trabajaba de forma paralela por dos vías, según explicó a la AP Roberto Álvarez Heredia, portavoz del Grupo de Coordinación Guerrero, el cual está integrado por varias corporaciones policiacas, el ejército y la marina.
Por un lado, funcionarios estatales continuaban en contacto con el grupo de autodefensas para lograr la liberación de la veintena de personas retenidas, y por el otro 220 efectivos del ejército y la policía estatal habían iniciado un intenso despliegue en busca de "El Tequilero" por "cañadas y cerros de Filo Mayor", la zona montañosa cercana a Totolapan.
Las negociaciones para la liberación de los detenidos se encontraban el jueves por la noche "en espera", según Álvarez Heredia, porque los pobladores pusieron como requisito para soltar a los retenidos que el gobernador en persona fuera a Totolapan para hablar con ellos.
Astudillo "está en la mejor disposición de acudir pero se tienen que dar las condiciones necesarias", dijo.
Por otra parte, el portavoz confió en que el operativo para detener a "El Tequilero" dé frutos pronto, ya que los pobladores se han mostrado dispuestos a colaborar "desarmados" con las fuerzas de seguridad para ayudarles en la búsqueda, puesto que ellos son los que mejor conocen el terreno.
"La detención va a ayudar a la pronta liberación (de los detenidos)", dijo Álvarez Heredia, quien añadió que una vez en manos de las fuerzas de seguridad serían llevados ante las autoridades competentes.
La situación que se vive estos días en el norte de Guerrero es insólita porque no es habitual que las autoridades reconozcan participar en este tipo de diálogo. Además, el gobernador Astudillo se ha quejado amargamente de la proliferación de las autodefensas armadas y los problemas que crean.
Sin embargo, el ingeniero secuestrado, en declaraciones a Milenio Televisión el jueves por la noche, pidió que el gobierno, incluido el federal, se preste al diálogo para la lograr la paz del país.
"La manera posible de verlo es que es un acto de realismo", dijo en la capital el experto en seguridad Alejandro Hope. "Ante la incapacidad de controlar a estos grupos criminales, lo mejor que puede hacer es mediar entre ellos".
El grupo de "El Tequilero", además de traficar la pasta de opio, ha secuestrado, asesinado y cobrado rescate y protección a los pobladores, que hartos con esta situación optaron por capturar a Almonte Salgado.
Esta retención viola una regla tácita de la guerra de las drogas, que las familias de los capos son intocables, una norma que hace poco también se rompió cuando se produjo un ataque a la casa de la madre del capo encarcelado Joaquín "El Chapo" Guzmán cuando la señora aparentemente estaba ausente. Este hecho y el secuestro de dos hijos de Guzmán hace algunos meses han sido atribuidos a disputas internas en el cártel de Sinaloa.
Los pobladores de Guerrero quizás se sintieron alentados a actuar por el hecho de que los Tequileros son un grupo relativamente pequeño de las montañas de Guerrero en lugar de un cártel consolidado. La madre del capo llevaba vestimenta humilde, de falda y blusa.
La única aparición pública conocida de "El Tequilero" es un video en el que aparece bebiendo con el alcalde electo. Su voz es un murmullo inaudible y uno de sus secuaces lo sostiene sentado.