Obreros de fábrica de Indiana se sienten olvidados por Trump
Obreros de una fábrica de United Technologies se sienten olvidados en comparación con la de Carrier en Indianápolis
Un estacionamiento lleno y jornadas de 50 horas a la semana ocultan la ansiedad de los trabajadores de una fábrica de United Technologies situada en las afueras de una pequeña ciudad en el noreste de Indiana, donde Mike Harmon y sus compañeros de trabajo se preguntan si es que solo están juntando partes para cuando la empresa traslade sus 700 empleos a México.
Su situación ha atraído poca atención en comparación con su fábrica hermana de Carrier Corporation, situada a dos horas en Indianápolis, que se convirtió en causa emblemática en contra de los cierres de fábricas durante la campaña presidencial, cuando el presidente electo Donald Trump intervino para detener algunos, pero no todos los trabajos.
"No creo que ellos nos tomen en cuenta, por ser un pueblo pequeño... ", dijo Harmon, residente de Huntington que ha trabajado en la fábrica durante siete años. "Todo el tiempo durante la campaña él habló sobre Indianápolis, Indianápolis, Indianápolis, nunca dijo una sola palabra sobre Huntington".
Es un pequeño desaire que lastima a un condado, donde el 72% votó por Trump y la manufactura representa alrededor de un quinto de todos los trabajos.
El 1 de diciembre, Trump y el vicepresidente electo Mike Pence, también gobernador de Indiana, destacaron el papel de Trump en la decisión de Carrier de ya no recortar 800 puestos en la planta de Indianápolis, algo que también canalizó siete millones de dólares en incentivos estatales a United Technologies. Ni ellos ni el director ejecutivo de la compañía Greg Hayes mencionaron a la planta de Huntington o hablaron sobre los cerca de 500 puestos de trabajo de Carrier que se eliminarán.
Los empleados en la fábrica United Technologies Electronic Controls en Huntington dicen que han estado trabajando mayormente siete días a la semana desde fines de octubre, haciendo paneles de control para las industrias de hornos, aire acondicionado y refrigeración. Los líderes sindicales creen que la empresa está haciendo esto en previsión a los despedidos que presumen comenzarán en abril y seguirán en el 2018.
Pero United Technologies, con sede en Connecticut, dijo en un comunicado que sus planes no han cambiado. Rechazó un pedido de entrevista con un ejecutivo.
A nivel nacional, el Departamento de Trabajo ha emitido más de 1.600 aprobaciones de despido o cierres de plantas desde el 2015 como resultado de la fuga de producción al extranjero o la competencia de importaciones, de acuerdo con la Alianza Estadounidense para la Manufactura. Indiana tiene una de las principales economías de manufactura del país, pese a que ha perdido 144.000 de estos puestos, o 22%, desde el 2000.
Trump ha advertido que impondrá un arancel de 35% a bienes importados de empresas que han enviado su producción al extranjero, y hace una semana criticó por Twitter los planes de Rexnor, con sede en Milwaukee, de cerrar una planta de 300 empleados en Indianápolis, en otro ejemplo de fuga de trabajos a México.
Pero no está claro si es que Trump tiene intenciones de seguir interviniendo personalmente en decisiones corporativas. Tres días después del viaje a la fábrica Carrier, Pence dijo al programa "This Week", de ABC, que el presidente electo "tomará estas decisiones de día a día en el transcurso de la transición, y por supuesto durante su gobierno".