Críticas y loas a magnífica campaña de Leipzig en Alemania
El vertiginoso ascenso de Leipzig hasta la máxima categoría del fútbol alemán provocó un acalorado debate sobre la importancia de la tradición, el orgullo y el comercialismo en el deporte favorito en Alemania
Amor u odio. Parece que no hay un punto medio con el Leipzig.
El vertiginoso ascenso del club hasta la cima de la máxima categoría del fútbol alemán provocó un acalorado debate sobre la importancia de la tradición, el orgullo y el comercialismo en el deporte favorito en Alemania.
Fundado en 2009, Leipzig encabeza la tabla de posiciones de la Bundesliga con tres puntos de ventaja sobre Bayern Munich, después de comenzar la temporada con una racha invicta de 13 partidos, incluyendo victorias en sus ocho últimos compromisos.
Semejante éxito ha provocado bastante ira. El autobús de Leipzig ha sido atacado con piedras y pintura, sus jugadores han sido objeto de burlas y provocaciones, y hasta les lanzaron la cabeza de un toro durante un partido de copa contra Dínamo de Dresden, un rival de Sajonia, esta temporada.
Los hinchas de equipos rivales critican que Leipzig pudo escalar posiciones en el fútbol alemán gracias al dinero de la firma Red Bull y su cofundador Dietrick Matesxhitz. El magnate austríaco compró al equipo de quinta división SSV Markranstaedt, le cambió el nombre y le puso los emblemas de la firma de bebidas energéticas, y financió su rápido ascenso desde las divisiones inferiores.
Pero ni siquiera Mateschitz podría haber esperado que, siete años después, Leipzig sea el líder de la primera división. Nadie en el club imaginó un inicio de temporada tan exitoso, después de terminar en segundo lugar en la segunda división la temporada pasada.
"Para nada. También es una sorpresa para nosotros, ya que venimos de la segunda división", dijo el técnico de Leipzig, Ralph Hasenhauettl, en una entrevista el martes con The Associated Press en el moderno centro de entrenamientos del club.
Casi asegurada la permanencia en la Bundesliga, Leipzig puede dedicarse soñar con igualar la gesta de Kaiserslautern, que en 1998 ganó el título de la máxima categoría en su primera temporada tras lograr el ascenso.
Sin embargo, el director deportivo Ralf Rangnick quiere mantener los pies sobre la tierra.
"Tenemos que ser cuidadosos de no caer en la zona de descenso, y estoy seguro que eso no sucederá esta temporada", dijo Rangnick a la AP. "Estamos enfocados en el día siguiente, en el próximo entrenamiento, en cómo tenemos que jugar en el próximo partido. Lo demás no tiene sentido".
"No tenemos presión alguna esta temporada", agregó. "La única presión que tengamos es propia".
Con la chequera de Red Bull, Leipzig gastó 50 millones de euros en el mercado de transferencias del verano pasado, una cifra que sólo fue superada por Bayern y Borussia Dortmund en Alemania. La temporada anterior, gastó 26 millones de euros, un récord para la segunda división, y el año previo desembolsó 23 millones. El centro de entrenamientos fue completado en 2015 y costó 33 millones de euros.
A través de patrocinios y publicidad, Red Bull es omnipresente. La mascota del club, un toro rojo, suele acompañar a los jugadores en los festejos de goles.
Algunos críticos en Alemania consideran que el club es una mera plataforma para promocionar a Red Bull, y lo ven como un equipo "artificial" comparado con los más tradicionales de la Bundesliga.
"Aki Watzke dijo hace un par de semanas que sólo estamos vendiendo latas", dijo Rangnick, refiriéndose a las críticas del director ejecutivo de Dortmund. "No importa para nada cuántas latas (de Red Bull) vendamos. Eso no tiene nada que ver con lo que hacemos nosotros".
Rangnick indicó que los futbolistas jóvenes son la clave del éxito de Leipzig, e incluso bromeó que estrellas como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo son "muy viejos" para Leipzig.
El club fichó a siete jugadores en el verano, incluyendo al cotizado extremo escocés Oliver Burke, de 19 años. Sólo un jugador era mayo de 22 años, y se trataba del zaguero griego Kyriakos Papadopoulos, de 24. El mediocampista Naby Kieta, de 21 años y quien llegó del club hermano Red Bull de Salzburgo, se ha convertido en la figura del plantel.
Leipzig juega un estilo de fútbol intenso, que corta los espacios de los oponentes y ataca en bloque.
Los jugadores afirman que no prestan atención a las críticas.
"La gente piensa que es algo importante porque la prensa escribe tanto al respecto. Por eso piensan que es un tremendo problema, pero para los jugadores no lo es. No lo sentimos así", dijo el delantero danés Yussuf Poulsen.
Para los hinchas del equipo, el club representa un impulso para el fútbol en la zona de la ex Alemania Oriental, donde clubes de larga trayectoria como Hallescher FC y Magdeburgo no han tenido un buen desempeño desde la reunificación del país.
Leipzig es el primer equipo ubicado en la antigua Alemania Oriental que juega en la Bundesliga desde que Energie Cottbus perdió la categoría en 2009.
"En Leipzig tenemos una ciudad fundadora de la federación alemana de fútbol, y tenemos la tradición de VfB (Leipzig) como el primer campeón alemán (en 1903)", dijo el presidente de la federación de fútbol de Sajonia, Hermann Winkler.
"RB (Red Bull) pudo armar todo esto con su dinero y un extraordinario programa de desarrollo juvenil, al igual que un tremendo concepto. Todos los equipos sajones se beneficiarán en el futuro", agregó.
El estadio de Leipzig, con capacidad para 43.000 espectadores y anteriormente llamado Zentralstadion, cambió de nombre a Red Bull Arena en 2010, después de haber sido modernizado para la Copa del Mundo de 2006. Sigue siendo el estadio más grande en la ex Alemania Oriental, y usualmente está lleno a capacidad.
El próximo partido de Leipzig es contra Ingolstadt y Hertha Berlin, antes de un duelo ante Bayern previo al receso de Navidad.
"Si me preguntan ahora si quiero ganar el título, la respuesta es sí. Si es o no realista, eso es otra historia", dijo Rangnick. "No creo que sea realista lograrlo esta temporada, pero tampoco quiero decir que es completamente imposible2.