Víctimas de abusos sexuales en fútbol británico se unen
El exfutbolista que dice haber sufrido abusos sexuales de un entrenador de categorías juveniles quiere que su lucha sea global
El hombre que relató los abusos sexuales a los que fue sometido por un entrenador de categorías juveniles y que desató con ello una crisis en el fútbol inglés quiere ahora que su lucha tenga un alcance global.
"No puedo siquiera comenzar a darles la cantidad de personas que se han comunicado directamente conmigo, no sólo futbolistas y exfutbolistas, sino miembros del público en general", dijo Andy Woodward el lunes a The Associated Press. "Esto existe en todos lados".
Tras ayudar a que se descubriera el escándalo, Woodward viajará el miércoles a Nueva York para hablar ante un medio estadounidense sobre el recorrido que lo ha transformado de un joven jugador, víctima de abusos, a una inspiración para millones de personas.
"Personalmente sé que en Estados Unidos hay ciertas cosas que posiblemente ocurrieron", comentó Woodward. "Simplemente se trata de comunicarnos con todos".
Woodward fue el primero de una creciente lista de exfutbolistas que ha salido a la luz pública en las últimas tres semanas para contar los sufrimientos que vivió en su juventud.
El efecto de los abusos es mayor al que quizás imaginaron las primeras víctimas que se atrevieron a revelar sus casos.
Unas 450 personas han denunciado abusos por parte de pederastas en clubes de fútbol, ante 18 departamentos policiales distintos. Una línea telefónica abierta por una organización caritativa en respuesta a la crisis ha recibido cerca de 1.000 llamadas en poco más de una semana. Al menos 55 equipos, profesionales y amateur, han sido implicados en casos.
Chelsea, líder actual de la liga Premier inglesa y uno de los mayores clubes del país, se disculpó con un exjugador que sufrió abusos sexuales cuando era miembro de las inferiores, y a quien se habían pagado 50.000 libras (77.500 dólares) para que no revelara el asunto.
En tanto, la Asociación del Fútbol Inglés ha emprendido una investigación interna sobre la respuesta que dio a los casos en que entrenadores fueron declarados culpables en la década de 1990.
Todas esas reacciones han llegado después de que Woodward se armó de valor, tras décadas de angustia, y rompió el silencio.
"No tengo palabras para describir la emoción que siento por todo esto", dijo Woodward a la AP. "Dentro de mí, yo sabía que existían muchas más víctimas".
Y seguramente el escándalo crecerá.
El lunes, Woodward y otras víctimas anunciaron la creación de un fideicomiso independiente para apoyar a los jugadores y a sus familias en casos de abuso infantil. El objetivo del Offside Trust es crear una red de apoyo para las víctimas, y establecer un frente unido en la búsqueda de justicia.
"No podemos permitir que esto ocurra de nuevo", advirtió Woodward durante una emotiva conferencia de prensa en Manchester. "Necesitamos permitir que los jugadores de este hermoso deporte puedan liberarse de la horrible experiencia y ser esos futbolistas en los que aspiran convertirse".
Los comentarios de un abogado que se sentó junto a Woodward en la conferencia de prensa y que ayuda a crear el fideicomiso agravaron las preocupaciones sobre la magnitud del escándalo.
Ed Smethurst, director administrativo del despacho de abogados Prosperity Law LLP, dijo que está al tanto de otros casos en que los clubes de fútbol han usado cláusulas de confidencialidad en sus acuerdos con víctimas de abusos sexuales. Agregó que conoce a personas que trabajan todavía entrenando a jugadores pese a que sus víctimas las han denunciado.
Woodward y otras víctimas son ahora una especie de familia. Visiblemente nervioso, Woodward abrazó a Steve Walters, otro denunciante, antes de la conferencia.
Walters, la segunda persona que dio la cara para hablar de los abusos que sufrió, rompió a llorar en un momento, y no quiso responder ciertas preguntas.
"Más de 50 jugadores diferentes se han comunicado conmigo" para relatar los abusos, dijo Walters después a la AP. "Algunos han sido profesionales, otros siguen jugando y muchos han visto truncada su carrera. Hay historias tristes de gente que cayó en la bebida, que rompió sus relaciones. Uno o dos sufrieron trastornos mentales. La gente no se percata del tormento psicológico que esto te provoca".
Walters dijo que un futbolista belga le habló de su experiencia, lo mismo que gente de Canadá, Estados Unidos y Australia.
Hay dos objetivos que Walters y los otros persiguen.
"Queremos justicia", recalcó Walters. "Y queremos que nuestros futuros niños, especialmente los que se dediquen al deporte, estén protegidos, a fin de que algo así jamás le vuelva a ocurrir a un chico".