François Hollande: ¿Demasiado "normal" para Francia?
François Hollande: ¿Demasiado "normal" para Francia?
François Hollande siempre fue un presidente improbable, orgulloso de considerarse alguien "normal" y que sin embargo terminó en el Palacio del Elíseo casi por omisión. Ganó la elección de 2012, pero algunos votantes lo eligieron simplemente porque no era el conservador Nicolas Sarkozy.
Tal vez lo más presidencial que ha hecho fue abstenerse de competir en las elecciones de la próxima primavera.
Hollande dirigió a una Francia aterrorizada luego de que el país sufrió sus ataques extremistas más mortíferos y dejó un legado mundial duradero al ser el anfitrión del Acuerdo de París para combatir el cambio climático. Como comandante en jefe, usó el poderío militar francés en varios lugares, desde el Medio Oriente hasta Mali.
Sin embargo, fue el presidente menos querido de los tiempos modernos, porque los franceses sintieron que les falló en lo que más importaba: los salarios, los impuestos y las perspectivas de empleo.
En varias ocasiones pareció que Hollande soltó el volante de la economía. Viró a la izquierda, luego a la derecha y después dejó que las divisiones en su Partido Socialista eclipsaran sus reformas económicas.
Prometió un impuesto del 75% a los súper ricos e intentó aplicarlo pero se topó con muchos problemas y luego abandonó la idea.
Se comprometió a frenar el desempleo, pero la tasa se mantuvo obstinadamente cerca del 10%.
Prometió luchar contra la austeridad, pero después redujo drásticamente los gastos del gobierno.
Elevó los impuestos y luego los redujo.
Hollande defendió varias reformas laborales para darle más libertad a los empleadores, pero enfureció a muchos sectores que vieron sus medidas como una amenaza a los derechos de los trabajadores, lo que desencadenó meses de protestas violentas.
"Serví al país con sinceridad y con honestidad", aseguró Hollande a la nación el jueves por la noche. Luego de expresar sus preocupaciones por el populismo creciente y de reconocer los riesgos para la izquierda en caso de una campaña presidencial débil, anunció: "He decidido no ser candidato".
Fue un anuncio impresionante por su emoción y su lucidez, pero también porque reflejó el coraje de un político de toda la vida para admitir sus fracasos y hacerse a un lado.
Hollande, un soltero de 62 años de edad con cuatro hijos, ha sido una paradoja todo el tiempo, alguien que quería seguir siendo ordinario mientras manejaba un país de 65 millones de personas y con armas nucleares.
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Las periodistas de The Associated Press Sylvie Corbet y Masha Macpherson en París contribuyeron para este despacho.