Trump realiza gira victoriosa, a una fábrica y a Ohio
Donald Trump regresó a sus raíces de campaña el jueves en su primer acto masivo desde que ganó las elecciones presidenciales, luciendo como el combativo y desafiante candidato más que como el tradicional próximo mandatario
Donald Trump volvió el jueves a sus raíces de campaña en su primera aparición masiva desde que ganó las elecciones, luciendo como el combativo y desafiante candidato más que como el tradicional próximo mandatario en el escenario frente a miles de fervientes seguidores, e incluso anunció una selección a su gabinete desde el estrado.
La primera escala en la "gira de agradecimiento" de Trump para saludar a sus seguidores fue en Ohio, y como buen hombre-espectáculo, realizó un sorpresivo anuncio al ofrecer el puesto de secretario de Defensa al general jubilado del Cuerpo de Marines, James Mattis. Trump dijo que se supone que revelaría la noticia hasta el lunes, y luego le pidió a los asistentes en tono de broma: "No se lo cuenten a nadie".
Los estruendosos mítines durante la campaña de Trump a menudo tenían el ambiente de un concierto de rock, y la noche de jueves en Cincinnati tuvo todos los elementos de una gira del reencuentro: Trump realizó una sutil crítica a otros republicanos. Recordó a su rival de la elección general al bromear "Nos divertimos peleando contra Hillary, ¿verdad?". Presumió el margen de su triunfo y criticó a la prensa en repetidas ocasiones. Algunos manifestantes interrumpieron brevemente el evento. Además, los presentes gritaron: "Levanten el muro" y "Enciérrenla".
El presidente electo ha titubeado recientemente respecto a esas promesas de campaña, al insinuar que el muro entre Estados Unidos y México podría ser solo una cerca en algunas partes, y dando indicios de que no está dispuesto a presentar cargos penales en contra de su rival demócrata, Hillary Clinton.
La arena en el centro de la ciudad que Trump abarrotó en octubre, con una de las asistencias más ruidosas de su campaña, estuvo el jueves a media capacidad. Pero los miles de presentes ovacionaron al empresario, que declaró que restaurará la grandeza de Estados Unidos y señaló tajantemente: "Ahora no es el momento de minimizar nuestros sueños".
"Nunca más los intereses ajenos se antepondrán a los intereses del pueblo estadounidense. No va a suceder", decretó. "Ya no se aplican las viejas reglas. Todo lo que queramos para nuestro país ahora es posible".
Trump no se esforzó mucho por reducir las expectativas antes de su investidura, al declarar que "Estados Unidos comenzará a ganar de nuevo, y en grande". Al igual que lo hizo durante gran parte de su campaña, leyó su discurso de un teleprompter, pero fue espectacular como siempre, pasando más de 10 minutos jactándose de su triunfo antes de delinear su plan económico.
Presumió sus victorias en estados de la región centro-norte que habitualmente votan por los demócratas, y declaró que no solo "rompimos la muralla azul, la hicimos pedazos". Se salió del libreto para mofarse de una manifestante, informándole que sería expulsada de la arena para que "pudiera regresar con mami". Repitió su reciente amenaza de que, pese a las protecciones constitucionales, "si hay personas que queman la bandera estadounidense, habrá consecuencias". También repitió algunas de sus características promesas de campaña, incluyendo su compromiso de "construir una gran muralla en la frontera".
Y luego sorprendió hasta a sus propios asesores al anunciar desde el escenario la designación de Mattis, a quien le apodan "Mad Dog" ("Perro bravo") y quien es considerado uno de los principales estrategas de su generación. Pero para obtener la confirmación como jefe del Pentágono, necesitaría que el Congreso autorice un requerimiento en el que se indica que un secretario de defensa sea civil durante al menos siete años antes de tomar el cargo.
Mattis se retiró del Comando Central en 2013 luego de más de cuatro décadas en el Cuerpo de Marines.