Messi no es el mejor de la historia, todavía no
Cada vez que llega diciembre, el debate futbolístico se centra en discutir quiénes fueron los mejores del año. Por primera vez se entregará, en este 2016, el llamado The Best a anunciarse en enero de 2017. Probablemente The Best condecorará a Cristiano Ronaldo, de manera merecida, por otra parte. El tradicional Balón de Oro también se entregará a finales de este año a cargo, exclusivamente, de la reconocida revista France Football. Será interesante notar las diferentes posiciones futboleras si los premiados llegaran a ser jugadores distintos. Pero esto solo lo sabremos en enero. Por lo demás, los candidatos son los mismos de siempre: Messi y Cristiano. A esta lista se han sumado Suárez, Griezmann, Neymar y un largo etcétera, que, sabemos, no tendrán oportunidad alguna para hacerse con los galardones.
Para ser completamente honesto, diré que estos galardones me resultan completamente irrelevantes. No creo, hasta la fecha, haber cancelado algún almuerzo para pescar la extinta gala del Balón de Oro. A decir verdad, en los deportes, usualmente se premia al que gana más títulos durante el año en cuestión. No hay casi sitio para la interpretación salvo algún caso notable como el de Riquelme en 2006 que llevó al Villarreal, un equipo de tercer orden en España, a las semifinales de la Champions y ni siquiera quedó décimo en la votación. A pesar de ello, Cannavaro fue, en mi criterio, el ganador indiscutible e indiscutido. Casi todos los galardones han sido más o menos indiscutibles, más allá del gusto futbolero de cada quien. Yo premiaría siempre a Messi, por ejemplo, así el Barca se vaya a segunda. En todo caso, no me quita el sueño que lo gane Cristiano.
Ahora bien, lo que sí me entusiasma de los premios es que la discusión se amplía y busca ubicar a los ganadores en una perspectiva histórica más amplia. En diferentes paneles se especula con el lugar que Messi ocupa en el olimpo del Fútbol Mundial, al que sin duda pertenece. Una pregunta que apasiona a muchos y que puede desembocar incluso en enemistades. Luis Enrique, por ejemplo, ha dicho recientemente que para él no cabe ninguna duda de que ya es el mejor de todos los tiempos. No estoy de acuerdo. Para mí, Messi es solo el quinto mejor jugador de la historia. A continuación, explicaré por qué.
El criterio que yo utilizo para definir quién es el mejor no está emparentado exclusivamente con estadísticas individuales dentro de las cuáles Messi está, sin duda, entre los dos o tres primeros de la historia, si consideramos, por ejemplo, goles y asistencias. Tampoco tomaré en cuenta, al menos como medida primordial de mi juicio, la cantidad de títulos obtenidos en clubes. No es que desprecie este ítem, solo no lo considero el más importante. Si, en dado caso, este fuera el elemento que mayor peso tuviese en mi valoración, no tendría dudas de que Messi es uno de los dos mejores de la historia. Pero no es el caso.
El principal criterio para valorar el lugar de un jugador en la historia del fútbol es su performance en los mundiales de fútbol. El Mundial de Fútbol es el evento deportivo y cultural más importante de nuestros tiempos, así lo ha sido, por lo menos, durante los últimos 40 o 50 años. Nadie podía valorar a un gladiador invicto en las provincias de Roma. Un gladiador podía pasar a la historia siempre y cuando peleara en el coliseo. Suena quizá injusto y rígido, pero es así. La performance de un futbolista en un mundial delata su verdadero alcance, no solamente en cuanto a su capacidad técnica, sino emocional. Si esto suena reduccionista, quizá lo sea, pero no me importa. En mi opinión, discutir el contenido emocional (e intelectual) de un jugador en la cancha es la forma de tratarlo como un ser humano imperfecto, como un mortal, y no solo como una máquina de jugar. Solo en esa medida se puede determinar el peso real que tuvo ese jugador sobre su equipo y sobre el resultado final del torneo.
Con eso mente, pocos rivales tiene Pelé a pesar de que -seamos justos-, "O Rey" prácticamente no jugó en el mundial de 1962, lo que puede despertar sospechas sobre su verdadera influencia en la selección de Brasil, que contaba con otras estrellas descollantes como Garrincha, Vavá o Didí. Aun así, quedan dos mundiales en los que fue determinante para la obtención de esas copas del mundo. Por ejemplo, pocos saben ahora que Pelé anotó el único gol en el Brasil 1 - Gales 0 de cuartos de final; que le metió tres goles a Francia en la semifinal y otros dos a Suecia en la finalísima, incluido uno en que "sombrereó" a un defensa rival en el área chica. En el mundial del 62 hizo un gol contra México pero, como dije, se lesionó y no participó del equipo campeón. En 1970, finalmente, doce años después de la gesta en Suecia, hizo 4 goles más, incluyendo el primero en la final a Italia.
Esta performance a lo largo de los años no ha sido superada por jugador alguno en la historia del fútbol, aunque hay algunos que se le acercan: Messi no es uno de ellos. No aún.
Esos tres lugares los ocupan Diego Maradona, Zinedine Zidane y Ronaldo, el verdadero. Ahora bien, ¿por qué no hablar aquí de Paolo Rossi, Lothar Matheus o Andrés Iniesta, todos ellos figuras en selecciones campeonas del mundo?
Aquí entra la discusión su carrera fuera de la selección, es decir en sus clubes, como criterio de inclusión/exclusión. Rossi, por ejemplo, si bien fue la estrella ofensiva indudable del Italia campeón (un equipo que destacaba por su defensa), tuvo una carrera en el Calcio que no se puede comparar ni por asomo a la de Messi. Matheus, por su parte, tuvo la gran deuda de la Champions League (también la tiene Ronaldo).
El caso de Iniesta es más complicado de definir, pues, en contraste a Messi, Iniesta es campeón del mundo. Sin embargo, no se puede decir de Iniesta que era la figura más importante de sus equipos o si lo fue, su impacto fue más anecdótico que otra cosa, uno puede imaginar a España saliendo campeón sin Iniesta, pero no a Francia sin Zidane. Aún así, Iniesta debe estar en la conversación de los 20 mejores jugaodres de la historia. Pero las cosas son así: el Barca es el equipo de Messi, siempre lo fue, y Messi es tan brillante y ganó tanto que, aunque suene contradictorio de mi parte, rebasa a los Rossis, Mathaus e Iniestas, a pesar de no haber alzado la copa mundial. Sus 3 Champions, no obstante, no le alcanzan para superar a Maradona, Zidane o Ronaldo.
Me es difícil decidir quién ocupa el segundo lugar de ese podio. Zidane tiene a su favor la consecución de una Eurocopa (Maradona no tiene Copa América a su favor) y de una Champions League en cuya final hizo un gol de otro planeta. Maradona, sin embargo, ganó la Copa UEFA con un equipo modesto del sur de Italia, el Napoli, superando en ese torneo a rivales de talla mundial como Bayern München o Juventus, su odiado némesis del norte. También Maradona ganó dos scudettos con ese equipo y otro campeonato más con Boca Juniors a principio de los ochenta en una época en que el equipo argentino se caía a pedazos institucionalmente.
Al final, creo que Zidane siempre perteneció a mejores planteles y, aunque su influencia fue determinante (tres goles en finales mundialistas, sin ser delantero), el peso de Maradona sobre sus equipos, aunque sea durante pocos años, fue más profundo, en mi criterio. Más allá de esto, ambos jugadores comparten una característica inalienable: aparecieron en las instancias más decisivas de sus carreras: un mundial.
Esto ocurre también con el gordo Ronaldo. Ronaldo, por ejemplo, no tiene grandes conquistas a nivel de clubes, esa es su deuda. Fue campeón Real Madrid de la liga, siendo goleador, pero no hay nada de extraordinario en eso, si no, incluiría en esta discusión a Hugo Sánchez. Ganó una Copa Mundial de Clubes con Milán y una Intercontinental con Real Madrid, pero no fue parte del equipo que ganó el campeonato importante: la Champions League. También se hizo de una Copa UEFA con Inter en 98, en cuya final puso el 3 a 0 sobre Lazio, pero destacar demasiado una copa de segundo orden es un insulto para un club como Inter (no es así para Napoli o Sevilla). Ronaldo fue sin duda uno de los mejores de su tiempo, pero lo suyo fue especial con la selección de Brasil. Dos mundiales (aunque solo le vamos a atribuir el de 2002) y dos Copas América. Fue durante ocho años, el máximo goleador de los mundiales. Hizo dos goles en la final del mundo. Apareció cuando era necesario que aparezca. Dicho sea de paso, es el segundo goleador histórico de Brasil, detrás de Pelé, con 62 goles. Messi tiene 57 con Argentina, es cierto, pero con casi 30 partidos más.
Ahora bien, es justo decir que Ronaldo era un jugador de área, un número nueve y Messi no. Pero Messi tampoco es un número diez como Zidane o Maradona que tenían más responsabilidades en la gestación del juego, como la tiene Iniesta, más que Messi, en Barcelona. Se trata sin duda de jugadores extraordinarios y es respetable cuando alguna voz autorizada del deporte dice que hay que dejar de compararlos para disfrutarlos mientras juegan. Aun así, creo que a Messi le ha faltado aparecer en los momentos límite, no porque ha jugado mal, sino porque incluso se le ha visto desorientado. Me parece que el hecho de haber crecido futbolísticamente en un club como Barcelona favorece esa condición. Cuando Messi debutó, jugaba en un equipo que ya se perfilaba como Campeón de Europa, con Ronaldinho a la cabeza. Si bien la presión de jugar de azul y grana es alta, en ninguna medida se parece a la presión que soporta la selección argentina en los mundiales. Y es ante esa presión que la figura de Messi se opaca frente a la de Maradona, Zidane y Ronaldo, los tres acólitos del Rey.
Se podrá decir, y de esto quizá no hay dudas, que Messi es el mejor jugador en la historia si solo se considera a los clubes y, aun así, quizá Pelé, que hizo 634 goles oficiales en 675 partidos con Santos, lo que resulta en un promedio de gol inhumano del 0,93% por partido, lo supere. (Messi tiene un asombroso 0.83% en Barcelona). Hay que decir que Pelé jugaba en una liga mucho más competitiva que la española, y que en Santos no contaba con los servicios de Garrincha, Vavá, Didí o Tostao a quienes debía enfrentar en el Brasileirao, donde se habla no de dos, sino de doce equipos grandes que aspiran año a año al título. Aun así, ganó 6 Ligas de Brasil, 2 Copas Libertadores y 1 título Intercontinental, cuando este último valía algo.
Cada vez que veo a Messi veo a uno de los mejores de todos los tiempos. Eso es claro. Quinto en mi valoración. Será segundo si en Rusia gana el mundial y resulta decisivo. Ojalá que así suceda. Entonces, me comprometo a cambiar mi Top 10, que cuenta casi exclusivamente con jugadores campeones del mundo (7 de 10). Messi es tan grande que debo hacer una excepción. Aquí el mentado Top 10.
- Pelé
- Maradona
- Zidane
- Ronaldo
- Messi
- Beckenbauer
- Cruyff
- Bobby Charlton
- Romario
- DiStefano