Pueblos quedaron divididos tras disolución de Yugoslavia
En la antigua Yugoslavia, las líneas fronterizas de las seis repúblicas no importaban mucho y con el tiempo se construyeron muchos pueblos, villas, caminos e incluso aeropuertos sobre ellas
Casi todos los partidos que se juegan en la cancha Kostajnica son internacionales: el campo está dividido entre Croacia y Bosnia desde la disolución de Yugoslavia y los jugadores ahora corren dentro y fuera de la Unión Europea durante el partido.
Un tercio de la cancha terminó en un país, el resto en el otro. Si alguien patea la pelota y ésta termina en una arboleda cercana, uno de los integrantes del club Partizan se encarga de traerla.
"El mánager de logística siempre tiene un pasaporte consigo y va a traer la pelota", dijo Zoran Avramovic, vicepresidente del club. Sin embargo, el mánager casi nunca es cuestionado, los hinchas de los dos países interactúan libremente y la línea fronteriza no está marcada en la cancha.
En la antigua Yugoslavia, las líneas fronterizas de las seis repúblicas no importaban mucho y con el tiempo se construyeron muchos pueblos, villas, caminos e incluso aeropuertos sobre ellas.
Pero cuando las repúblicas declararon su independencia a principio de la década de los años 90, esas líneas administrativas se volvieron fronteras internacionales que zigzagueaban por los pueblos, villas y caminos, creando problemas a los residentes.
Por ejemplo, en las afueras de uno de estos pueblos, Kostajnica, la frontera cruza el río Una más de 20 veces y luego corta el pueblo en línea recta.
"Nuestro sistema de desagüe, así como de electricidad, está dividido", dijo Aleksandar Pasic, portavoz de la municipalidad de Kostajnica, en Bosnia.
"Ahora los jardines de muchos residentes quedan en Croacia y deben de cruzar la línea fronteriza para llegar allí", agregó.
Desde que Croacia se unió a la Unión Europea en el 2013, tuvo que imponer estrictas regulaciones de importación, haciendo difícil que los residentes de Bosnia Kostajnica hagan algo tan simple como jalar estiércol a sus campos en Croacia.
Así que si Sead Ikanovic quiere trabajar en esta tierra o cosechar su cultivo en Croacia, primero tiene que lavar su tractor porque uno no puede ingresar a la UE con llantas sucias. Luego maneja al cruce fronterizo más cercano para mostrar su pasaporte y después va a su campo. Llevar estiércol puede ser complicado.
"Hace diez años, no sabía que tenía que hacer todo esto y la policía croata vino cuando estaba trabajando en el campo y me llevó para interrogarme. Tuve que ir a corte en Sisak y pagar dos multas y me prohibieron el ingreso", dijo Ikanovic. Sisak es una ciudad en Croacia.
Desde entonces, las regulaciones han cambiado. Ahora permiten que Ikanovic y otras personas como él trabajen en sus campos en Croacia tras presentar sus pasaportes.