Por la gente: empleados fiscales chilenos en huelga
Bárbara Figueroa, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile (CUT), declaró que los funcionarios miembros de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) dependiente de la CUT volverán a trabajar luego de un mes en huelga parcial. Figueroa dijo que la huelga será suspendida «por la ciudadanía, porque no queremos que ellos asuman los costos de esta movilización». Esta afirmación resulta digna de reflexión.
Los funcionarios de la ANEF deciden habitualmente hacer huelgas como una medida de presión para conseguir aumentos de salario o bonos extraordinarios. Ellos están perfectamente conscientes de que los usuarios de sus servicios se verán impedidos de utilizarlos mientras mantengan la huelga. No es una sorpresa ni una consecuencia inesperada o indeseada, por ende, que los ciudadanos «asuman los costos de esta movilización»: este es precisamente el punto de la huelga.
Bárbara Figueroa no solamente ha sido presidente de la CUT desde 2012, sino que también es miembro del Partido Comunista de Chile (PC): esta condición político-partidista explica, al menos parcialmente, su descaro al mentir acerca de la razón para terminar con la huelga de la ANEF. La razón verdadera está, por supuesto, en las intrigas estatales del Palacio y el Congreso.
Los diputados del PC, que integra la coalición del gobierno actual, habían votado consistentemente en contra de las propuestas de Palacio para manifestar su apoyo sobre las exigiencias de la ANEF. El llamado de atención recibido por el PC desde los otros partidos de la actual coalición de gobierno significó que los diputados del PC ya no votaran contra la propuesta de Palacio (la cual no varió durante el tiempo de la huelga), sino que se abstuvieran, y que la mesa directiva de la CUT (verosímilmente instruida por el PC) decidiera acabar con la huelga de la ANEF.
No obstante, Figueroa dice que lo están haciendo «por la ciudadanía». Lo cierto, como sabemos, es que Figueroa esperaba causarles tantas molestias cuantas fueran posibles a la ciudadanía y los huelguistas que estaban detrás de ella incluso expresaron su intención de que alguna persona resultara muerta (a causa de la cesación de servicios en los hospitales públicos) para darle más peso a su huelga.
La CUT, la ANEF, el PC y Figueroa jamás han pensando en la ciudadanía: ellos piensan en el poder. La ciudadanía es un conjunto de peones, piezas susceptibles de ser ofrecidas en sacrificio con tal de obtener cuotas de poder: no hay otra interpretación para Figueroa y las instituciones que integra.
El PC ha utilizado este tipo de discurso como parte de su estrategia para obtener el poder que no le dan los votos. De hecho, no hubo diputados del PC en Chile después del Gobierno de Transición (que concluyó en 1990) hasta el año 2009. Y el cupo que obtuvo entonces lo ganó gracias a un pacto político con la misma coalición de gobierno que integra ahora.
¿Y qué tiene el PC que encanta tanto a la actual coalición? Dos cosas: romanticismo y vandalismo. El PC sigue sosteniendo lo que la aparentemente más civilizada actual coalición de gobierno guarda en lo profundo de su corazón: que el poder debe ser tomado y mantenido por las armas para utilizarlo en el establecimiento de un estricto régimen socialista irreversible. Este es el aspecto romántico. En cuanto al vandálico, el PC tiene una amplia experiencia en organizar marchas y desórdenes callejeros, los cuales tienen hondo impacto mediático y pueden conseguir que ideas irracionales como la educación gratuita o el sistema de pensiones estatal sean tomadas en cuenta por el gobierno de turno.
Así que esta es la estrategia: la coalición de izquierda no se atreve a confesar su intención de establecer una dictadura del proletariado, así que le pide al PC que organice desórdenes callejeros con una exigencia particular: mencioné la educación gratuita y el sistema de pensiones estatal, pero también puede tratarse de la nacionalización del cobre o la prohibición de fumar. Entonces el PC ofrece el discurso y los encapuchados, recibiendo a cambio algunos distritos para obtener cupos en el Congreso.
Figueroa dice que es por las personas, pero nosotros sabemos que lo hace por el poder y no hay manera de que nos engañe con sus mentiras cuidadosamente ensayadas y majaderamente repetidas durante decenas de años.