Hondureño recibe nuevo juicio en Florida por doble homicidio
Corte Suprema de Florida otorga nuevo juicio a un hondureño condenado a muerte por un doble homicidio
La Corte Suprema de Florida concedió el jueves un nuevo juicio a un hondureño que había sido condenado a muerte por un doble homicidio, con base en nueva evidencia que incluye revelaciones de una mujer a un amigo y a sus vecinos de que ella era la asesina.
La Corte también señaló que las muestras de ADN sometidas a análisis después del juicio revelaron la presencia de la sangre de Samantha Williams en el lugar donde su madre y su abuela murieron apuñaladas en junio de 2004 en el condado Seminole.
Los jueces ordenaron un nuevo juicio para Clemente Aguirre Jarquin, contra quien las autoridades aseguraban tener una gran cantidad de evidencia, entre ella ropa empapada de sangre, las huellas ensangrentadas del hondureño en la escena del crimen y una relación con el arma con que se cometieron los asesinatos. Aguirre, ahora de 36 años, dijo en su momento a los investigadores que él se topó con los cuerpos al entrar a la casa rodante de las víctimas en busca de una cerveza, pero no llamó a la policía porque vivía en Estados Unidos sin autorización legal y no quería ser deportado. Entre la sangre en la escena no se encontró la de Aguirre, quien fue condenado a muerte en 2006.
"Evidencia recientemente hallada no se limita a la sangre de Samantha en la escena del crimen", escribió la corte en su decisión unánime. "Samantha ha confesado en cinco ocasiones distintas a cuatro personas diferentes que ella asesinó a las víctimas".
Una de esas personas es una amiga que afirmó que Williams le reveló en dos ocasiones en 2010 que los demonios en su cabeza la obligaron a hacerlo, de acuerdo con documentos de la corte. En otra ocasión, un vecino testificó que Williams le dijo: "Estoy loca, soy malvada y yo maté a mi abuela y a mi madre", después que él le pidió que dejara de beber licor directamente de la botella en una reunión. Otros dos vecinos afirmaron que ella hizo comentarios parecidos al discutir con Williams.
"Existe abrumadora evidencia de que alguien más cometió ese crimen y hay una gran cantidad de evidencia que muestra que el señor Aguirre no pudo haber cometido el crimen", declaró la abogada de Aguirre, Lindsey Boney.
Ropa empapada en sangre de las víctimas fue encontrada en un bolso en la casa rodante donde Aguirre vivía, justo al lado del lugar del crimen. El cuchillo usado para matar a las dos mujeres, Cheryl Williams de 47 años y Carol Bareis de 68, fue hallado entre las dos viviendas y resultó ser un cuchillo extraviado en un restaurante donde Aguirre trabajaba. El hondureño reveló a los investigadores que él llegó a la casa rodante de Williams en busca de una cerveza, halló el cadáver de Cheryl Williams y lo levantó en un intento por revivirla. La mujer recibió 127 puñaladas, mientras que Bareis fue apuñalada dos veces.
Aguirre explicó que tomó el cuchillo temiendo que el asesino aún estuviera en el interior, pero luego lo arrojó hacia afuera, entre las casas rodantes.