Más hechos de violencia en nueva casa del West Ham
Hinchas rivales se lanzan monedas, botellas y hasta butacas durante el partido entre West Ham y Chelsea
Hinchas rivales se lanzaron monedas, botellas e incluso butacas el miércoles en el Estadio Olímpico de Londres, durante un encuentro de la Copa de la Liga inglesa entre el West Ham y el Chelsea, en lo que constituye el episodio más reciente de violencia en el fútbol inglés.
Los enfrentamientos estallaron en los últimos minutos del encuentro que el local West Ham ganó por 2-1. La policía debió intervenir para mantener separados a los seguidores de cada equipo, detrás de la portería que defendía el conjunto de casa.
"Cualquier cosa que haya ocurrido, la condenamos como club", dijo Slaven Bilic, técnico del West Ham. "Es inaceptable que ocurra este tipo de cosas, especialmente en Inglaterra".
West Ham informó que el desorden "fue controlado rápidamente", y prometió colaborar con las autoridades para identificar a los participantes.
"Aquellos que hayan actuado indebidamente tendrán prohibido asistir a cualquier partido del West Ham United de por vida, y solicitaremos a los tribunales que emitan órdenes para evitar que estos individuos vuelvan al fútbol", informó el club del este de Londres, en un comunicado.
El West Ham se mudó recién al Estadio Olímpico que albergó los Juegos de Londres en 2012. Dejó el Upton Park, que fue su casa durante 112 años.
Los primeros tres meses en que West Ham ha jugado en el inmueble para 57.00 espectadores han quedado empañados por la incapacidad del club para erradicar problemas que parecían del pasado.
El incidente más grave ocurrió el mes pasado, cuando "hooligans" del West Ham pelearon entre sí y se enfrentaron a personal de seguridad del estadio y a seguidores del Watford, durante un encuentro de la Liga Premier.
Para el derbi londinense ante Chelsea, los espectadores tuvieron que someterse a medidas intensificadas de seguridad. Hubo un despliegue policial mayor al común para un partido al que asistieron 45.957 personas.
Decenas de policías antimotines se emplazaron en las inmediaciones del estadio después del partido, formando un cordón en las calles y pasillos del Parque Olímpico, así como en las estaciones de trenes.