No hay paz en el fútbol de Argentina
Argentina: dirigentes de numerosos clubes en virtual rebeldía, se reunieron para analizar la delicada situación del fútbol nacional
Casi todos los clubes de la máxima categoría declarados en rebeldía pidieron el martes colaborar con una comisión de la FIFA que hace unos tres meses tomó las riendas del convulsionado fútbol argentino, hasta ahora sin éxito alguno.
Presidentes de esas instituciones coincidieron en declarar, al término de una reunión de 25 clubes sobre 30 que integran el campeonato de primera división, que propondrán colaborar con esa comisión de la FIFA. Si finalmente se concreta esa iniciativa, terminarían trabajando con una dirigencia internacional que hasta ahora los marginó de la toma de decisiones.
"Propondremos que cuatro de nuestros dirigentes se sumen a esa comisión", declaró el presidente de Banfield Eduardo Espinosa. "No creo que vayan a rechazar nuestra propuesta".
Los líderes se reunieron preocupados entre otras cosas porque no hay respuestas a sus demandas económicas por parte de una comisión de la FIFA que hace unos tres meses tomó las riendas del convulsionado fútbol argentino.
Incluso, esos dirigentes de clubes chicos y medianos tenían previsto debatir la posibilidad de parar el fútbol este fin de semana, medida que no sería del agrado de los cinco clubes grandes que encabezan Boca Juniors y River Plate. Ninguno de los grandes fue invitado a la reunión.
Pese a la intervención de la comisión de la FIFA que preside el argentino Armando Pérez, cada vez más cuestionado por numerosos clubes, la liga nacional sigue en ascuas.
Además de instituciones casi quebradas, no hay definición sobre la propuesta de una nueva Superliga; la comisión de FIFA hace oídos sordos a un llamado casi unánime para que haya cuanto antes elecciones presidenciales en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la violencia en las canchas sigue siendo moneda corriente.
La semana pasada, la Inspección General de Justicia (IGJ) allanó el camino para la presentación del nuevo estatuto de la Superliga, al aprobar la última reforma del estatuto de la AFA, que contemplaba la creación de ese modelo de campeonato.
La Superliga es un nuevo torneo que promueven un grupo de clubes encabezados por Boca y River, y que apunta a generar más ingresos económicos que permitirían sacar a las instituciones más chicas de su crisis terminal. El modelo es casi una copia fiel del que rige en ligas europeas como la española e inglesa, con una liga que se maneje al margen de la federación nacional.
Pero el tema no está cerrado en Argentina, porque hay una férrea oposición varios clubes principalmente los de la segunda división, que entre otras cuestiones están en desacuerdo con el reparto del dinero.
El presidente de Lanús, Nicolás Russo, advirtió horas antes de la reunión que están a la espera de soluciones concretas a las demandas económicas de los clubes chicos y medianos, caso contrario la próximo fecha de la liga "no se juega", dijo.
Sin embargo, tras la reunión no se habló de parar el fútbol.
Russo trazó un desolador panorama frente al desfinanciamiento de los clubes por parte del gobierno nacional, que al parecer no habría liquidado el dinero de mayo, junio y julio correspondiente al programa "Fútbol para Todos", como se le denomina a la televisación gratuita de los partidos.
"Esto ya es imposible de aguantar, nos están llevando a la bancarrota a todos los clubes chicos y medianos. Esos tres meses no los han pagado y creemos que no lo van a hacer", destacó Russo.
El principal recurso de los clubes, principalmente de los chicos, es el dinero que embolsan por la televisión de los partidos. El equivalente a unos 119 millones de dólares deberían embolsar la AFA este año de su contrato con el gobierno, aunque el reparto a los clubes no es proporcional ya que los grandes se quedan con la mayor tajada.
La agencia estatal Télam informó hace una semana que el presidente Mauricio Macri dijo que el Estado dejará a fin de este año de seguir girando fondos al programa "Fútbol para Todos".
Un contrato al respecto, firmado hace siete años entre la AFA y el gobierno de la ex presidenta Cristina Fernández, debería finalizar en agosto de 2019.