Los gestos de los jugadores del Barça o el escatológico mundo del periodismo deportivo
No es síntoma de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma (Krishnamurti)
El periodismo deportivo, salvo honrosas excepciones, no existe. La palabra periodista le viene muy grande a la panda de incompetentes que nutren las cadenas de radio y televisión y los periódicos deportivos. Han banalizado por completo el deporte y lo han convertido en mero chismorreo para beneficio de los tangantes, que habitan los palcos, con los cuales mantienen relaciones íntimas. Los que no se atreven a cuestionar las relaciones de poder existentes y no ver más allá de la superficie dicen de manera elitista que estos periodistas hacen hooliganismo y parecen hinchas de fútbol. Ya quisieran estos tiparrajos de tres al cuarto sentir el fútbol como los aficionados. Estos periodistas vendidos cumplen un mero papel en la función y representan lo que les diga su amo. No lo hacen por ningún tipo de sentimiento a unos colores futbolísticos sino por los verdes del dinero.
¿Qué hacía el "periodista" Siro López en el Hotel Beberly Hills junto al Real Madrid en las pretemporadas en EEUU del equipo blanco? Allí los jugadores lo podían ver tomándose cafés, y lo que no eran cafés, junto a Florentino Pérez, riéndole las gracias a uno de los mayores oligarcas del Estado español. ¿Cómo disponen estos tipos de entradas a su antojo para grandes eventos deportivos? Los dirigentes les tienen que pagar de alguna forma esta estafa deportiva. Ellos son los grandes beneficiados de una trama que deja a los aficionados indefensos y sin información.
Sevilla y Villarreal se han metido milagrosamente y a pesar del reparto televisivo entre Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid. Sevilla y Villarreal cobraron al finalizar la temporada pasada 48 millones y 41 millones por derechos televisivos, juntos menos de la mitad que Barcelona o Real Madrid. Al finalizar esta temporada subirán a 77 millones y 54 millones. Muy lejos todavía de los 150 de Barcelona y Real Madrid. Sin embargo, no han copado ninguna portada, ningún telediario ha abierto con ellos y en las tertulias prefieren hablar de los gestos de los jugadores del Barcelona después de que en una botella con líquido y tapón impactara en la cabeza de Neymar o del gesto de Cristiano Ronaldo tras el gol de Morata.
Ningún diario ni medio deportivo existiría en la actualidad si no fuera por las subvenciones públicas astronómicas que les pagamos todos los contribuyentes. La gran mayoría de "periodistas" de tres al cuarto ha dedicado estos días sus esfuerzos en incentivar más odio mostrando las imágenes de los jugadores del Barcelona sin criminalizar el acto violento de arrojar una botella y criminalizando el acto reflejo humano de protegerse cuando un objeto va a caer al lado sin referencia del lugar por donde viene. No tienen ni idea de la auténtica vida ni del verdadero fútbol. Son unos cobardes que viven en una burbuja protegidos por los poderosos. No responden a los usuarios en redes sociales y cuando les dicen verdades bloquean por miedo a quedar en evidencia en la esfera pública. Si a ellos les pasaran un balón lo pasarían con la mano. Maradona una vez hizo la prueba con unos periodistas al lado de sus compañeros y les dijo: "Veis estos son los que hablan de fútbol y de nosotros y la agarran con la mano".
En una entrevista el periodista Juanma Castaño, sin título y con millones de euros en el bolsillo, dijo que aunque intentes ir más allá del Madrid - Barça o de una pelea de ultras, la audiencia no responde. Parecía más el encargado del McDonald's que el presentador de un programa de radio. l nunca ha intentado hacer otra cosa que no fuera basura. Si los aficionados consumen porquería (cada vez menos) es porque ellos sólo ofrecen mierda. El deporte en estos medios es escatológico y esconde sus infinitos lazos con el mundo de la cultura popular. Como dice el director José Luis Cuerda: "Es muy difícil hacer barricadas en el barrizal". Es lo que buscan estos periodistas al servicio del poder. No vaya a ser que un día los aficionados y los deportistas se unan, y recuperen el deporte.