Quito, capital del Ecuador, sede de HABITAT III
Un evento que hace aparecer a este pequeño país de Sudamérica, como próspero e incluyente, con un maquillaje muy bien elaborado, ya que si se revisan datos de su devenir en diferentes ámbitos, se puede ver que su endeudamiento internacional se ha disparado en estos últimos años, el aparato burocrático ha crecido en forma exacerbada, se presentan denuncias continuamente de graves casos de corrupción cometidos por funcionarios públicos a todo nivel, se han censurado a varios medios de comunicación y periodistas; se han aprobado una serie de leyes inconsultas, agravando la escuálida economía de su población con más de 90 impuestos que va del 2013 al 2016, se ha privado a muchos jóvenes del acceso a la educación superior, creciendo a la par la tasa de desempleo, obedeciendo a un solo líder, que ha centrado los poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, amparado en la ideología del "Socialismo del siglo XXI" y de la llamada "Revolución ciudadana".
Es en este marco donde se llevó a cabo la Conferencia HABITAT III, evento de carácter mundial que contó con la participación de más de 190 países, con el lema "Juntos decidimos el destino de las ciudades". Varios expositores tanto internacionales como nacionales, coincidieron en considerar como importante el elaborar e implementar políticas urbanas, en realizar una planificación estratégica que dé como resultado un ordenamiento territorial de ciudades incluyentes; esto es: no dejar a nadie atrás, implementar economías urbanas sostenibles e inclusivas y aplicar la sostenibilidad ambiental. Considerando que son los gobiernos locales los ejecutantes y los gobiernos regionales o nacionales los rectores de dichas políticas urbanas. Conclusiones que se resumieron en cinco puntos; y que deberán ser implementadas por los países miembros de las Naciones Unidas.
Sin embargo, hay que hacer hincapié que no sólo son carreteras o medios de transporte o diferentes tipos de construcción de viviendas que resistan los embates de la naturaleza, los que llevan a ese tan anhelado desarrollo sustentable, sino el dotar de agua potable y servicios sanitarios con programas operativos y de mantenimiento para la población, tanto urbana como rural, implementar un verdadero desarrollo sustentable que también implique el cuidar el hábitat de flora y fauna; no contaminar las fuentes de agua, ejecutar proyectos de disposición, recolección y tratamientos de desechos sólidos, generar productividad del agro, de las industrias, de diferentes fuentes de trabajo, así como otros proyectos y programas que vayan enfocados a los más necesitados y desvalidos, para que no campee la inseguridad y el hambre en ciudades y campos, .
Queda entonces un sabor agridulce de esta Cumbre, pero la esperanza resurge, ya que lograr un consenso en lo que a "las políticas urbanas" se refiere, es vislumbrar mejores días que vayan borrando los cinturones de miseria en las urbes y zonas rurales, disminuyendo a la par la causa de muertes de infantes y madres gestantes en el mundo entero.