Mirando al precipicio por encima de mi hombro
El domingo fui al Centro Universitario de Teatro a ver su puesta en escena de graduación y quedé francamente maravillado. Y es que desde Idiotas Contemplando la Nieve no me enamoraba tanto del trabajo de los egresados del CUT quienes en esta ocasión se merecen las palmas de pie.
"Mirando al precipicio por encima de mi hombro" de David Gaitán es su propuesta este año. ¿No la han visto? ¡No dejen pasar el tiempo! Es la mejor reflexión que van a encontrar en torno al proceso creativo y de formación artística específicamente de los alumnos de este Centro, pero que sin lugar a dudas es aplicable a todas las disciplinas. Vaya: se acaban los estudios universitarios pero ¿estamos listos para saltar a la nada? El título es una completa invitación a ver desde sus ojos, a observar su realidad y a comprender su trayecto, y Gaitán retrata de una forma magnánima muchas de las inseguridades que se ocultan en el proceso de aprendizaje del profesional de las Bellas Artes.
Aborda la censura, la autocrítica y la atmósfera que rodea al actor en formación; habla de el otro que es completamente idéntico a ellos, el "espectador con técnica", que se constituye en verdugo aislándose en la falta de otredad y el exceso de conocimiento especializado destruyendo para "construir". La edificación del espíritu crítico, el hecho asumirse como creador e impulsar la creación de otros sin perder la objetividad pero tampoco caer en el conformismo o la inquisición.
13 almas organizadas para lanzarse hombro con hombro al vacío de la vida profesional en un ambiente como el artístico, que -como siempre digo- te abraza o te escupe en la cara. Incluso a veces te arrulla para lanzarte al piso en seguida y seguir indiferente. Algo que también me gusta enfatizar siempre es: seguramente alguien dirá "así son todos los ambientes", pero recuerden que se puede ser un mal psicólogo y tener trabajo, caso contrario en las artes que el talento bien trabajado es esencial. No demerito ninguna profesión y sé que cada una tiene sus complicaciones y que incluso hay "artistas" que no dan el ancho, pero es un poco más difícil de ocultar la ausencia de talento que la falta de memorización o comprensión lectora.
"Mirando al precipicio por encima de mi hombro" cumple las expectativas de una escuela de alto rendimiento como el CUT. El montaje es liviano, largo pero con un ritmo impresionante. Resulta sumamente íntimo gracias a lo acogedor del Foro del CUT, y el aprovechamiento de los espacios del Centro es óptimo y bien planeado. Las escenas tienen desvanecimientos muy cuidados, los desnudos son estéticos y planeados para impactar y que vaya que lo logran.
La actual temporada de drama universitario en todas sus sedes es prometedora, sin embargo esta puesta en escena destaca al no ser teatro ni amateur ni enteramente profesional, conservando sus aires de escolar pero con la calidad de actores consumados. Es un montaje hecho para verse una y otra vez y que cada una de ellas vas a disfrutarla más que la anterior, establecerás un lenguaje y un vínculo muy fuerte con cada uno de los personajes y entenderás a fondo el "no puedo, tengo ensayo".
Me felicito por haber presenciado una obra con tan bien trabajo, y congratulo a todo el equipo que la hizo realidad.