Corte ordena nuevo plan de recuperación para lobo mexicano
El Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre deberá actualizar plan de recuperación para el lobo mexicano
Las autoridades federales de vida silvestre recibieron la orden de una corte para actualizar un añejo plan de recuperación para rescatar al lobo mexicano, un depredador en peligro de extinción que ha batallado por reestablecerse en el suroeste de Estados Unidos pese a una inversión de millones de dólares en esfuerzos de reintroducción.
El martes, un juez de Arizona desestimó las preocupaciones de los rancheros y otras personas y firmó un acuerdo entre grupos ambientalistas y el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre.
Según el acuerdo, la agencia federal debe actualizar el plan de recuperación antes de noviembre de 2017, y proveer actualizaciones regulares sobre el proceso de planeación a la corte y otras partes involucradas.
Desde hace tiempo los ambientalistas han argumentado que la agencia tenía la obligación legal de adoptar un plan de recuperación que trace objetivos específicos para regresar a los lobos a sus tierras ancestrales.
Actualmente existen alrededor de 100 lobos mexicanos en estado salvaje en New Mexico y Arizona.
"Es oficial", dijo Bryan Bird, del grupo Defensores de la Vida Silvestre. "Contamos con la mejor ciencia disponible, y ojalá que Pesca y Vida Silvestre trabaje hacia el objetivo de incrementar el número de lobos en estado salvaje".
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre dijo el martes que se publicará el nuevo plan antes de la fecha establecida. "La recuperación del lobo mexicano sigue siendo nuestra meta. Nuestro objetivo es respaldar de manera natural el crecimiento de la población de lobos y mejorar su genética, lo que eventualmente llevará a la recuperación de la especie y a la administración estatal de la misma", indicó la agencia por medio de un comunicado.
Blair Dunn, abogado de quienes se oponen al acuerdo, se mostró decepcionado con el fallo y acusó al gobierno federal de servir a grupos con intereses especiales.
El programa de recuperación de lobos, que abarca partes de New Mexico y Arizona, se ha visto obstaculizado a lo largo de los años por las batallas legales, la política y otros asuntos. Los ambientalistas han presionado por la liberación de más lobos en cautiverio, pero los rancheros y líderes locales han protestado debido a la preocupación de pérdida de ganado y de seguridad pública en comunidades rurales.