Cuándo termina una relación
Nos terminan, terminamos, lloramos, nos enojamos, nos calmamos, recordamos, volvemos a llorar. Duele cualquier pequeña cosa que nos recuerde a esa persona que fue tan especial para uno.
Nos volvemos vulnerables, no queremos estar con nadie; no es que disfrutemos estar sufriendo cada segundo pero es inevitable cuando un sentimiento de dolor inunda todo tu ser y es así que no queremos que nos pregunten. Duele cuando hablan de la otra persona en un principio y uno se pregunta "¿hasta cuando uno puede llegar a olvidar a aquella persona? ¿Cómo es que se pueden olvidar todos aquellos momentos que se han vivido juntos? ¿Cuándo es que deja de doler? ¿Cuándo uno se siente listo para seguir adelante? ¿Cuándo podré pensar en ti sin que duela?" Una verdad irrefutable es que aunque una relación termine bien o mal nunca se puede llegar a olvidar.
¿No olvidar nos hace débiles? ¿Hasta qué punto nos hace vulnerables? ¿Es malo no olvidar? Es cierto, uno no puede olvidar. Nunca se puede olvidar porque nosotros, como persona, contribuimos en la construcción de actividades que con el tiempo pasan a ser memorias, recuerdos y dependiendo del grado de participación de uno en esas actividades es el grado de afectación sobre uno.
Terminada una relación no puedes olvidar todo aquello que hiciste con esa persona tan especial porque fueron momentos que se crearon juntos, fueron momentos agradables, lindos, alegres, tristes y tontos. Momentos únicos que no se vuelven a repetir con ninguna persona. Muchas veces si no es que siempre nos enfocamos en las cosas malas de una relación y ¿para qué? ¿Para vivir todo el tiempo recordando agrios momentos? Entiendo que por un lado es difícil olvidar lo que llegó a doler pero no hay que olvidar que también se vivieron momentos felices, momentos alegres, momentos tranquilos en los que simplemente sin palabras, solo con la compañía de la otra persona ya era más que un momento perfecto. Incluso todas aquellas vivencias que se hicieron juntos fueron tan grandes que llegas a conocer a sus amigos, conoce los tuyos, conoces sus familiares, conoce los tuyos, tus amigos saben de esa persona y viceversa. Y, así como viven momentos lindos también viven momentos incómodos, comparten sus preocupaciones, enojos y tristezas.
Creo que una de las etapas más difíciles de salir de una relación es cuando los familiares te preguntan cosas como "¿Ya no se hablan?" "¿No piensan regresar?" "¿Ella o él no te ha buscado?" "¿Ya terminaron?" "l o ella me gustaba mucho para ti". Y es que no solo los padres o hermanos te preguntan, sino que el tío, la abuela, el abuelo, la prima, el primo, el sobrino, la sobrina, el mejor amigo. Tu grupo social te interroga con la intención más noble de saber que sucedió y, es ahí cuando te preguntas "¿En qué momento entró tanto a mi vida?" O mejor dicho "¿en qué momento permití que entrara tanto en mi vida? Así que si eres padre o madre y tienes un hijo o una hija y de un momento a otro lo vez decaído o decaída, no preguntes, no intentes saber que pasó, eso empeorará las cosas. Lo que te recomiendo es solo un abrazo, un abrazo fuerte. En ese momento, los hijos solo quieren sentirse protegidos porque al haber salido de una relación, el mundo se ha vuelto tan inseguro y doloroso. No tienen ganas de ser interrogados, hablar de lo que sucedió solo abrirá la herida causada por el rompimiento y es lo que menos queremos. Es un momento que no crees que está pasando, casi como si te hubieran dado una bofetada en la cara y no lo viste venir. Al principio solo intentas procesar lo sucedido, pero cuando te das cuenta de que todo ha acabado con esa persona tan amada, que ya no la podrás estrechar en tus brazos o decirle cuanto le quieres es cuando tu mundo se derrumba, poco a poco.
Llega un momento que, después de poder controlar las lágrimas cada noche sonríes un poco más, la vida adquiere un poco más de color a tu alrededor. Tu rutina ha cambiado, ya no estás solo, estás con tus amigos y familiares, aunque por dentro sientes un pequeño vacío. Es cuando se pasa por un momento de restructuración. Me refiero que una vez entendido y comprendido que acabó, sigues viviendo, intentas darle un poco de normalidad a tu vida, conoces gente nueva, aunque muchas veces esto significa que no quieras empezar de inmediato otra relación. Simplemente quieres sentir que eres una persona, sentir que estás vivo y que puedes seguir disfrutando de las pequeñas cosas de la vida pero primero con uno mismo.
Y después de un largo pero largo tiempo te das cuenta que no duele cuando recuerdas, cuando hablan de esa persona, simplemente lo recuerdas como alguien a quien se quiso demasiado, le deseas lo mejor en su vida, que todo salga bien. Porque si eres de aquellos que piensan "No me importa un pepino que es de él o ella" "No me interesa saber nada" déjenme decirles que aún no han madurado lo suficiente como para entender que no se puede vivir pretendiendo que nunca se conocieron y que independientemente de que no se hablen porque hayan quedado en malos términos o por "x" razón llega un momento en la vida en que tienes que aprender a superar todo lo que sucedió ya sea por las buenas o por las malas.