Dejemos que la gente escriba mal
Es pertinente empezar diciendo que yo soy un fiel amante de la ortografía o, mejor dicho, de las "reglas" ortográficas que hoy rigen. A mí también me duelen los ojos cuando veo a alguien cometer errores ortográficos bastante severos; sin embargo, a la hora de defender la ortografía tal cual la veo, encuentro más argumentos emocionales que lógicos. Aprecio estéticamente que la b vaya antes de la r, y no la v; pero, siendo sinceros y tratando de despojarnos de todo preconcepto, ¿cuál es la regla lógica de la que se deduce que así sea? O mejor, ¿cuál es la necesidad de esas reglas que regulan la ortografía?
¿Hay acaso un uso práctico para estas reglas? ¿Es para entendernos mejor? ¿La presencia o ausencia de una h cambia la comprensión? Y aunque así fuera, ¿quién decide estas reglas? Uno podría decir que la Real Academia Española. Yo diría que cuesta trabajo confiar en una institución que toma decisiones de forma tan aparentemente arbitraria, al punto de aceptar que "murciégalo" es equivalente a "murciélago".
Parece mucho más certero permitir que fluya lo "orgánico" del lenguaje, que la masa decida cómo le parece mejor escribir sin imposiciones. En este punto (porque obviamente no soy el primero en hablar de este tema), se suele introducir la objeción de que la gente decide cómo escribir, en redes sociales o mensajes de texto por celular es muy común ver errores de ortografía, y eso suele ser indicio de falta de inteligencia o falta de lectura. Ese es el quid de la cuestión.
Es cierto que usualmente la gente que tiene más errores ortográficos es la que menos lee, porque la mayoría de los autores respeta las normas tradicionales de escritura. Entonces uno lee a novelistas, dramaturgos y filósofos, y a la vez que aumenta su capacidad retórica, fija en su mente esas reglas de ortografía, sumado a las horas que se les dedican en la primaria. Aunque esto no significa que haya una relación de causa y efecto entre el conocimiento de las normas de escritura y la complejidad de pensamiento; correlación no implica causalidad. Justamente por esto, la acusación "abandonar las reglas de ortografía es fomentar la idiotez" no tiene asidero.
¿Alguien se atrevería a decir que "zolo cé q no cé nada", y todo el pensamiento que viene detrás de la frase, sería de menor calidad por estar escrito con "mala ortografía"? Espero que no. Entonces, si uno puede construir ideas faltando a la ortografía establecida, ¿no sería mejor desechar la dictadura del "escribir bien"? De esta manera, podríamos dejar de someter a los niños a aprender normas innecesarias, en las que gastan tanto tiempo, y podríamos enfocarnos en ayudarlos a desarrollar la capacidad de construir pensamiento, formar y expresar ideas sin importar si estás están escritas con v o con b. Los esfuerzos serían concentrados en aprender coherencia, redacción, puntuación; esas cosas que sí hacen al contenido antes que a la forma, y a la transmisión de ese contenido. Una coma cambia el significado de la oración, una h no.
Así, podríamos fomentar la lectura, y fomentar que se aproveche al máximo dicha actividad, dejando de lado la intención de absorber reglas ortográficas, y haciendo que nuestra prioridad sea aumentar nuestra capacidad de reflexión y expresión intelectual, artística, filosófica, etcétera. Porque, a fin de cuentas, ¿qué es lo realmente importante? ¿Ser capaz de idear y transmitir conceptos o plasmarlos a través de palabras escritas exactamente como están en los diccionarios? Y si es más importante lo primero, ¿por qué desperdiciar tanta energía mental en lo segundo?
Por estas razones, y por más que a mí no me guste, tal vez deberíamos permitirnos escribir "mal", y ocuparnos de pensar "bien".