Legisladores polacos rechazan polémico veto total al aborto
Legisladores polacos rechazan por abrumadora mayoría una propuesta para imponer un veto total al aborto
Legisladores polacos rechazaron el jueves por abrumadora mayoría un proyecto de ley presentado por un grupo antiabortista que habría impuesto un veto total al aborto, al ceder a la indignación de las mujeres que desde hace días visten de negro y realizan marchas de protesta en todo el país.
Esta nación mayoritariamente católica tiene una de las leyes de aborto más restrictivas de Europa, que solo permite la interrupción del embarazo en caso de violación o incesto, peligro para la vida de la madre o cuando el feto presenta deformaciones graves.
La propuesta procedía de una iniciativa legislativa popular que reunió unas 450.000 firmas en un país de 38 millones de personas. Aunque la apoyaban los católicos más conservadores, era muy impopular entre la mayoría de los polacos ante la perspectiva de que una adolescente víctima de violación o una mujer con problemas graves de salud tuviera que llevar su embarazo a término.
El proyecto incluía penas de hasta cinco años de prisión para mujeres que solicitaran abortos.
Muchos miembros del partido gobernante, Derecho y Justicia, apoyaron la medida en un principio. Hace dos semanas, una mayoría de parlamentarios votó a favor de considerar la medida y la envió a una comisión para estudiarla con más detenimiento. El partido dio marcha atrás ante una enorme presión social, y en la votación del jueves, 352 legisladores votaron en contra de la propuesta y 58 a favor.
"Estamos ante un gran malentendido", dijo el dirigente partidario Jaroslaw Kaczynski, el poder detrás del gobierno. "Tenemos el mayor respeto por los que firmaron el proyecto. Pero hemos llegado a la conclusión, en vista de la situación social, de que sería un factor conducente a protestas".
El resultado significa un golpe para el partido oficialista, que incluye un núcleo de católicos ultraconservadores. Pero el partido llegó al poder con los votos de centristas y jóvenes, atraídos por su programa de bienestar social, promesas de ayuda a los pobres y reducción de las enormes diferencias económicas de la era poscomunista.