Las razones y lecciones del triunfo del 'No' en Colombia
Contra todo pronóstico, y con menos del 1% de diferencia, el No superó al Sí en el Plebiscito que buscaba aprobar o no los Acuerdos de Paz suscritos por la guerrilla de las Farc con los que buscan ponerle fin a un conflicto de más de cinco décadas, que figura como el más antiguo del Hemisferio Occidental. Además del sorpresivo rechazo a lo acordado, esta refrendación mostró a una Colombia dividida e inmersa en la polarización política.
Después de revelados los resultados ha iniciado una búsqueda de razones y/o justificaciones por las que se derrumbó algo que parecía tener cimientos fuertes y que contaba con la aprobación de todas las naciones del planeta, de un sinnúmero de organizaciones e instituciones a nivel mundial y de la mayoría de los bandos de la política colombiana.
La primera y más influyente de las razones por las que el pueblo colombiano dijo No, fue el desconocimiento de lo acordado; y no porque el Gobierno ni los negociadores no lo hayan permitido, más publicidad no pudo haber, sino porque al colombiano promedio, que es apático para con lectura, le fue imposible leer el Acuerdo debido a su extensión. 297 páginas son demasiado para un pueblo que tan ajeno a la lectura. Esto es un problema de fondo que está arraigado a nuestra educación y costumbres.
Los negociadores se excedieron en palabrería, adornos, detalles y/o justificaciones. Esto era fácil advertirlo cuando veíamos que lo acordado en cada punto era sencillamente explicado en vídeos de 2 a 3 minutos.
La renuncia a la lectura de los Acuerdos fue inteligentemente aprovechada, aunque de manera injusta, por sus opositores; quienes iniciaron una campaña de desinformación indiscriminada, de divulgación de mitos e ideas erradas, que los ciudadanos terminaron por creerse y, gracias a esto, empezó el temor y rechazo a lo acordado. La desinformación fue el arma de batalla de la oposición, la que terminó por darle la victoria.
Las condiciones climáticas fueron otro gran factor influyente, que esta vez jugó del lado de la oposición. Son cuestiones contra las que nadie podría luchar. El paso del huracán Matthew por la costa colombiana trajo consigo fuertes lluvias que causaron inundaciones en varios municipios y ocasionó la suspensión de la jornada electoral en casi todo un departamente. Con fuertes lluvias e inundaciones es sencillo prever que una gran cantidad de personas se abstendrían de votar; en una región que siempre lideró el apoyo al Sí, pero a pesar de estos impases, la victoria del Sí en toda la región fue contundente pero con una increíble abstención del 72,8%.
Estas son solo dos de las tantas razones a las que podríamos atribuirle el triunfo inesperado del No. Pero sin importar cuántas sean, ninguna cambiará la realidad a la que hoy nos enfrentamos. Lo que nos podría ayudar a sacar provecho de esta situación es encontrar, analizar y destacar las lecciones y cuestiones positivas en general, para seguir edificando la paz.
Lo primero a destacar, es la intención paz de todas y cada una de las partes: del gobierno, en cabeza del Presidente de la República que con entereza aceptó la derrota y manifestó sus intenciones de llamar a dialogo a quienes figuran como su oposición, para construir una paz en la que tengan cabida todos; de los opositores, que fueron quienes se llevaron la victoria, que con humildad reconocieron su triunfo e hicieron un llamado a la unidad nacional para seguir por el camino de un dialogo abierto e incluyente; y de la guerrilla de las Farc que manifestaron sus firmes deseos de ponerle fin al conflicto a pesar de que los colombianos dijeron No a lo que ya se había acordado.
Con lo anterior las cosas tomaron un rumbo que nadie nunca habría esperado. Con lo que se le dio una gran lección a los abanderados y partidarios de ambos bandos (del Sí y del No), quienes desde los inicios de las conversaciones de paz iniciaron una confrontación verbal, con argumentos, que en gran cantidad de ocasiones se salía de los límites del respeto, y poco a poco fue creciendo una realidad que salió a la luz con los resultados de la refrendación: el país está dividido.
La más notable, destacable e importante de las lecciones que nos dejó el triunfo de No fue, sin lugar a dudas, la apertura de las víctimas hacia la reconciliación y sus intenciones de perdonar a sus victimarios. Por increíble que parezca: en la mayoría de los municipios azotados por la violencia, el Sí obtuvo una contundente victoria. Y solo por poner un ejemplo, en Bojayá (Chocó): municipio en el que las Farc llevaron a cabo su peor masacre, el Sí se alzó con un 95% de aprobación.
Mientras la gran mayoría de los colombianos que dijeron No, lo justificación con que actores de graves delitos no merecen perdón, ni amnistías, ni rebaja de penas, ni apertura hacia la vida política, ni mucho menos ayudas económicas. Las víctimas directas del conflicto les enviaron un mensaje por medio de su voto, el que dice claramente que ellas están dispuestas a perdonar y que creen que la reconciliación es el camino para construir un mejor país, por lo tanto aprobaron lo acordado, diciéndole a todos que la garantía a la no repetición es una ganancia que no equivale a ninguna cifra, ni a absolutamente nada.
Ahora que el país está inmerso en la polémica, la división y la incertidumbre, el camino a seguir debe ser la inclusión de todas las voces y la puesta en marcha de las lecciones que nos ha dejado este proceso de refrendación para que no sea en vano todo el esfuerzo humano y económico que han costado los años de negociaciones gobierno-Farc, y que finalmente esta división termine en la implementación de una solución en la que quepamos todos.