Tlatelolco: el lugar de las masacres recurrentes
Como ya es habitual, este dos de octubre muchedumbres de estudiantes y militantes de numerosas organizaciones ciudadanas se han movilizado para conmemorar los trágicos eventos de octubre de 1968. Esta vez la jornada tuvo una nota trágica reciente: el escritor Luis González de Alba murió a los 72 años de edad. Suicidio, declara el periodista Héctor Aguilar. Pérdida relevante, ya que González de Alba fue uno de los dirigentes estudiantiles que sobrevivió a la represión gubernamental hace ya 48 años.
Sin duda eventos trágicos y traumáticos los de octubre de 1968. Además, estos eventos marcaron al país ante el mundo como un sitio donde se reprime bárbaramente a la disidencia. Imagen que no ha sido posible erradicar. El escritor chileno nacionalizado francés, Alejandro Jodorowsky, propuso en su obra literaria toda una terapia colectiva para sanar a la colectividad mexicana del violento choque. En su idea se involucran helicópteros, bolitas de plástico, madres amamantando niños y una gran logística. Sin embargo, parece que aún estos recursos habrían sido insuficientes. Y es que la historia sangrienta de Tlatelolco no se limita al dos de octubre.
Tlatelolco es un barrio de la Ciudad de México notable por sus dramáticos sucesos. Ahí fue capturado el huey tlatoani Cuauhtémoc tras una enconada resistencia al ataque hispano-tlaxcalteca. Tlatelolco significa "montón de tierra redondeado". Antes de la conquista española Tlatelolco era por sí mismo una ciudad azteca. Se había separado de Tenochtitlan pero mantenía con dicha ciudad una alianza militar. Fue en Tlatelolco donde se produjo la última y decisiva batalla de las tropas de Hernán Cortés contra los aztecas y sus aliados.
En sus notables memorias, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, Bernal Díaz del Castillo narra ese espeluznante combate: "Ese día (13 de agosto de 1521) fue tan sangriento que era imposible caminar por el lugar debido a la gran cantidad de cadáveres apilados". Los cronistas estiman la cantidad de caídos en aquella feroz jornada en 40 000 personas.
Sin embargo, la historia sangrienta de Tlatelolco inicia aún antes: Tlatelolco, o México-Tlatelolco como le llaman los arqueólogos, fue fundado en 1338. La superioridad comercial de Tlatelolco sobre los mexicas de Tenochtitlan provoca que esta ciudad le haga la guerra tras violar a algunas jóvenes tlatelolcas. La superioridad numérica de los tenochcas decide la contienda a favor de éstos. En lo sucesivo, las relaciones entre ambas comunidades fueron cordiales.
No obstante, la paz era sólo aparente. Las excavaciones arqueológicas de mediados del siglo pasado han revelado oscuros secretos que permanecían ocultos desde hacía siglos. Los mexicas de Tlatelolco creían en los Tlaloque, deidades de pequeña estatura que proporcionaban la lluvia. Además tenían el poder de poner y quitar enfermedades. Los tlatelolcas tenían su propio concepto acerca de Quetzalcóatl, al que consideraban también un Tlaloque y lo asimilaban a Ehécatl, dios mexica del viento. A pesar de que los antiguos toltecas creían que Quetzalcóatl era un dios benigno que rechazaba los sacrificios humanos, los belicosos tlatelolcas pensaban que también había que brindarle víctimas humanas.