El título ya te lo dice todo. Los soñadores jóvenes pertenecientes a este siglo están en peligro de extinción. Y te preguntarás: ¿Por qué? ¿Acaso no hay nuevos inventos y descubrimientos cada día?
Sí, claro que los hay, pero con ellos también incluímos a una nueva generación de autómatas que no viven sino para y por su trabajo. La humanidad está perdiendo su propia "HUMANIDAD". El sentido de nuestras vidas está dictaminado por el número de horas que tengamos en nuestros trabajos y el sueldo a fin de mes, añadiendo a esto los 15 días de vacaciones y el "relax" que sentimos al "desconectarnos" de nuestro diario trajinar en la playa o el lugar preferido para descansar.
Pero... ¿Cuándo fue que tomamos este rumbo? ¿Dónde quedaron aquellos momentos de introspección personal? ¿A dónde fueron las grandes conversaciones y participación en comunidad? ¡Pues directamente al olvido!.
Desde pequeños se nos enseñó muy bien las tareas que debíamos realizar dentro del colegio y las normas que debíamos acatar por parte de los profesores. De pronto, el jugar con los legos y dejar volar nuestra imaginación se cambió por la acumulación de deberes y libros de texto que debíamos memorizar e interpretar para poder ascender al siguiente nivel, en donde la complejidad de los mismos iba en aumento, y por ende, las horas de ocio y disfrute personal se iban acortando cada vez más y más.
Unos años más tarde con una infancia casi perdida, nos enfrentamos a la dura realidad del "sacrificio universitario", en donde debíamos renunciar casi por completo a todos aquellos pasatiempos favoritos que teníamos en pos de un "mejor futuro"(?). Horas y años de una total entrega personal a favor del conocimiento técnico y abstracto que harían de nosotros unos/as grandes profesionales.
Pero... ¿Y nuestra esencia verdadera?
Habrán algunos que dirán que fueron y son felices con ese camino trazado, y me parece estupendo, sin embargo los habrá que dirán que no tenían otra opción.
Me uno a ambas causas pues hay postulados con grandes fundamentos en cualquier bando, sin embargo, miremos un momento a nuestro alrededor. El mundo, tal y como lo conocemos, ha ido desarrollándose a medida que la globalización fue emergiendo. Las "máquinas" hicieron muy bien el trabajo de brindarnos una mayor facilidad en cualquier tipo de tareas, pero con un coste bastante elevado.
Sí, gracias a la tecnología se han podido salvar miles de vidas y llegar hasta donde nunca antes el ser humano podría haber soñado, pero... ¿qué pasa con el mal uso de la misma?
Me explico: No es lo mismo que unos padres regalen a sus hijos (entiéndase siempre con la buena intención) el último Iphone 7 y los dejen a sus anchas con internet, que unos padres regalen el mismo dispositivo electrónico y descubran junto a ellos las aplicaciones más "alocadas" para llevar a cabo sus ideas más atrevidas y desarrollar su imaginación.
El uso de las redes sociales, a mi consideración, a llegado ya a un punto crítico y de no retorno. A todos nos ha pasado lo de "mirar el móvil" en mitad de una conversación por mera costumbre. Los momentos de recreación mental y ocio intelectual como por ejemplo los crucigramas, o los sudokus, dejaron de tener importancia al lado de WhatsApp o Snapchat, pues es más fácil dejar en blanco nuestra mente que tomarnos el tiempo de alimentarla.
Y el punto central, el más afectado y el objetivo favorito de todas las multinacionales, son los jóvenes.
¿Y tú qué crees? ¿Cambiará esta realidad algún día? ¿Hacia dónde se encaminan nuestros "chicos y chicas"? ¿Cuál es el futuro que nos espera respecto al tema?
Dejo abierto el debate a todos vosotros Peloter@s. Un fuerte abrazo.