Lo que le falta a Juan Carlos Heredia
A nadie es ya ajena la campaña del Presidente Peña Nieto "lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho", en la que presenta testimonios de personas que se han visto beneficiadas por las gestiones de su administración. En ellos conocimos a la señorita que obtuvo el empleo número Dos Millones, a un grupo de emprendedores que presentó su proyecto al titular del Ejecutivo, a un médico contando su caso de éxito en el tratamiento personalizado de cáncer, y también a un cantante de ópera: Juan Carlos Heredia, joven barítono mexicano, finalista ganador en la rama de Zarzuela (The Don Plácido Domingo Ferrer Price) de Operalia 2016 e integrante del Estudio de pera de Bellas Artes (EOBA).
Heredia habla con singular alegría del apoyo que representó para él la beca que el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) le otorga a través del EOBA y que gracias a la inversión del Gobierno Federal jóvenes como él pueden desarrollar su talento. Debo admitir que mi primera impresión fue de asombro y admiración, puesto que -pensé ilusamente- por fin las Autoridades habían volteado la mirada hacia la cultura y las artes, pero ese sentimiento se desvaneció al escuchar cómo el Maestro se deshacía en halagos hacia una administración que no ha hecho absolutamente nada por quienes se desempeñan en el mismo campo que él.
Aquí viene lo que, cómo se titula este texto, le faltó a Heredia: Omitió decir -porque tal vez no estaba en el guión- que en el tiempo que Enrique Peña Nieto ha ocupado la silla el presupuesto de la pera de Bellas Artes ha sufrido importantes altibajos. En 2013 se duplicó de 25 a 50 millones de pesos, cifra que en 2016 fue recortada a 48,000,000 y que, en todos sus casos, resulta altamente insuficiente para el quehacer artístico que demanda este país. Si bien el EOBA se creó en 2013, este fue resultado aparente de la creatividad e inventiva de Ramón Vargas, a cuya gestión se le asignaran los cincuenta millones y que dejara el encargo ante el recorte de este año, no podemos decir que gracias a Peña el ejercicio de recursos es óptimo (y menos con sus blancos y espaciosos antecedentes). Incluso en este calendario y con esos recursos, en mayo pasado se anunciaba la suspensión de pera en los Estados, proyecto que "renació" con las Cápsulas de pera que Lourdes Ambríz confió en manos del hijo de la mezzo-soprano Encarnación Vázquez y que, francamente, me parecen malas y carentes de visión.
Si el apoyo fuera real, la asignación presupuestaria sería tal vez un poco más cercana a las verdaderas necesidades de la compañía de ópera del INBA. En vez de gastar en publicidad para la Presidencia de la República se invertiría en proyectos productivos de bel canto y la creación de públicos para ello, con lo que artistas como Heredia y muchos más tendrían oportunidades de desarrollo en México.
¿Es realmente ese el discurso que debe darse cuando se abre una plataforma de esa índole? ¿El arte es parte del servilismo político? Es curioso que justo cuando la popularidad del mandatario mexicano ha alcanzado mínimos históricos sea el momento en que volteen a ver a uno de los sectores gubernamentales más abandonados y visto de lejos. Posiblemente estas acciones busquen el cobijo institucional, y ojalá el gremio tenga la misma suerte que corrieron los artistas "oficiales" durante el porfiriato porque, ante las visibles diferencias -por no decir carencias- que alejan a EPN del General Díaz, dudo mucho que el arte tenga el auge de esas épocas con todo y que salga la crema y nata de la sociedad artística nacional a "presentar sus oblaciones" ante el Presidente.
Espero fielmente que esta intervención ayude en algo al gremio, porque Ambríz nos dio cápsulas de "ópera" y parece que el Ejecutivo nos quiere dar jarabe de demagogia.