La confianza y el temperamento, temas clave del debate
La confianza y el temperamento, temas clave del primer debate presidencial de EEUU
A menudo ha ocurrido que los momentos más reveladores de los debates presidenciales vienen de la nada. Los comentarios improvisados o los gestos no ensayados pueden ayudar a revelar la esencia de un candidato que ya ha sido cuestionado, presionado y puesto bajo la lupa durante años.
Hillary Clinton y Donald Trump tienen misiones básicas muy distintas el lunes por la noche, cuando durante 90 minutos se enfrenten en el primer debate televisado antes de las elecciones generales del 8 de noviembre.
Clinton quiere superar las dudas sobre si es alguien de confianza. Trump quiere convencer a los votantes de que él tiene el temperamento, la moderación y el sentido común adecuados para ser presidente.
A continuación, algunas cosas que observará una audiencia calculada en 75 millones de espectadores o más, muchos de ellos desencantados con ambos candidatos:
¿Con quién se enfrentará Clinton? ¿Será el mismo Trump de siempre, capaz de soltar cualquier cosa como ocurrió en los debates de las primarias, donde lanzó insultos y provocaciones? ¿O será un Trump buscando refrenarse a sí mismo, deseoso de demostrar, como en los últimos días, que tiene la madurez y el temperamento para ser presidente? Aquí una posible pista: escuche si Trump vuelve a usar el apodo de "la deshonesta Hillary" o si es capaz de ponerlo en hielo durante 90 minutos.
Es posible que Clinton trate de provocar a Trump para que pierda el control, tal vez poniendo en duda el tamaño de su riqueza o la forma en que alcanzó el éxito de sus negocios. También es posible que recuerde las anteriores declaraciones incendiarias de su rival contra las minorías, las mujeres y otros grupos. Trump ha prometido mantener la calma, pero 90 minutos podrían ser mucho tiempo para que el maestro de la improvisación se ajuste a un guion.
En su primer debate durante las primarias, el principal rival de Clinton, Bernie Sanders, le hizo un favor cuando declaró que "la gente está enferma y cansada de oír hablar de sus malditos correos electrónicos". Durante los restantes debates de las primarias demócratas Clinton salió prácticamente intacta sobre las dudas que dejó su uso de un sistema de correo electrónico privado cuando fue secretaria de Estado.
No hay que esperar que Trump trate a Clinton de forma similar. Además, ella también tiene más que responder desde que el FBI concluyó de Clinton fue "muy descuidada" en la forma en que manejó material delicado en sus correos electrónicos. Clinton ha estado luchando para encontrar una explicación efectiva y ahora podría ser un buen momento para que lo resuelva.
Su estado de salud. Ninguno de los dos se va a poner a hacer ejercicios durante el debate, pero después de ciertos ataques de tos y su reciente ataque de neumonía, Clinton tratará de demostrar que tiene la fuerza y resistencia necesarias para ocupar la Casa Blanca. En cuanto a Trump, sus críticos han conjeturado que tiene trastornos psiquiátricos. Sería un buen momento para que él trate de mantener la cabeza fría.
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Nancy Benac está en: http://twitter.com/nbenac