El Rastro de las Ideologías
Ideologías, desde un punto de vista sentimental, es sentir ser parte de algo, o formar de un grupo que reivindique las convicciones a los que se siente unido. Y claro, desde siempre han existido a lo largo de la historia, y como la historia es cambiante, las ideologías también cambian, ¿pero hasta qué punto pueden llegar?
Me atrevo a decir que las ideologías, tal como las conocemos hoy en día, surgieron a partir de la Revolución Francesa, y con los avances de la industria, estás tomaron la postura que ya he mencionado, permanecer a un grupo, lo cual se manifestó bajo la imagen del nacionalismo. El siglo XX fue participe de éste pensamiento, y las consecuencias no se hicieron esperar. Dos guerras mundiales y el juego de balancear el mundo en la guerra fría. Pero parecía que todo esto iba a cambiar con el fin de la Unión Soviética en 1991; no obstante, como el mundo sigue dando vueltas, las ideologías también lo hicieron, aunque para entonces ya se habían expandido por el resto del mundo. Como era de esperarse, trajeron más inconvenientes que beneficios a corto plazo.
África, la cual se independizo con la bandera del panafricanismo y panarabismo, ha vivido una serie de guerras civiles que en muchos casos han convertido a esas tierras llenas de recursos en un verdadero infierno para sus habitantes. Desde la segregación que se sufrió en Sudáfrica por la ley del Apartheid, pasando por la matanza de Ruanda hacía los tutsis, y también los diamantes de sangre que fueron conducidos por gobiernos corruptos que impregnaban el sentimiento, o ideología, de una nación fuerte y unida. Para Latinoamérica la cosas no han sido muy distintas; una serie de golpes de Estado, las dictaduras de Chile y Argentina, principalmente, quienes fueron colocados en el poder por el temor al creciente comunismo, si bien no se puede estar seguro que sería de la región si hubiesen continuado bajo su mandato democrático, y la constante lucha de los pueblos nativos que buscan igualdad de trato y oportunidad. Claro, todos estos actos que se consideran inconcebibles para estos tiempos, fueron orquestados por la maquinaria norteamericana. Pero son tiempos nuevos, y estos necesitan de otro tipo de engranaje para que estas ideologías continúen.
Al principio del siglo XXI, el mundo fue testigo del fin de una era. Nueva York fue atacada por la ideología extremista de medio oriente, aunque también se dice que fueron otros quienes dirigieron el mayor ataque a esta región desde los ataques de 1941 en Pearl Harbor, y desde ese momento el mundo se ha involucrado en la lucha de este mal que parece no querer desaparecer. Además, lo que alguna vez se consideró el patio trasero de los gringos ha pasado por una etapa de enormes cambios. La llegada del socialismo del siglo XXI que empezó en Venezuela y que, paulatinamente, se ha extendido por el resto de países (Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina); sin embargo, quince años después de que todo esto empezó, muchos de los que se encuentran afuera de estos círculos que mueven los hilos del mundo, gracias al internet, han empezado en poner en duda estos modelos que dan por hecho inquebrantables.
¿Qué está pasando? En una sola palabra, desconfianza. El mundo se está cansando de la seguidillas de ideologías que han ido y venido durante más de doscientos años, y esto es justo lo que está provocando la nueva serie de revoluciones que se fecundan y explotan por todo el globo, y así mismo, provoca la lucha desenfrenada por defender estos sistemas. Siria ha vivido cinco años de guerra civil que parece no se detendrá mientras siga tanta desigualdad de opinión y opción, Latinoamérica está pasando por unos vientos de cambio, aunque dichos vientos parecieran más bien la leve brisa de la tormenta que se avecina; y por el otro lado, el primer mundo (el cual ya parece un término obsoleto para este mundo globalizado) empieza a sentir esos mismos temores que pensaron haber dejado en el pasado.
Las ideologías, desde el punto de vista sentimental, significan formar parte de algo o de alguien. Pero ahora, cuando la información corre como la velocidad de la luz, el debate sobre lo que está pasando debe partir desde lo que se está pensando; pero lamentablemente, desde el momento en que se menciona lo que se debe pensar o no, es de donde surgen las ideologías, y de esta manera el ciclo de momentos turbios continuará, ya que las ideologías llevan consigo el peso de la contradicción que identifica al ser humano.