Una forma innovadora de celebrar velorios
Desde que existe la muerte, hay distintos rituales que los allegados del fallecido realizan para homenajearlo. La costumbre conocida como "velorio" o "velatorio" se desarrolla de maneras diversas alrededor del mundo, cada cultura tiene su forma particular. Ya sea a cajón cerrado, o con el occiso a la vista, es la oportunidad de amigos y familiares para darle el último adiós a su ser querido.
Lo más común es que el velorio se realice en una funeraria, con los conocidos del fallecido en una habitación, y el cuerpo en su cajón en un cuarto contiguo al que los invitados tienen acceso. La ceremonia se desarrolla de forma silenciosa y sosegada; se evitan los ruidos fuertes. Aunque en los últimos tiempos, tal vez porque la visión de la sociedad sobre la muerte ha cambiado, es muy común toparse con velorios en los que hay música de fiesta a todo volumen; los invitados bailan toda la noche e incluso los amigos más cercanos del difunto lo levantan de su reposo y, cuál marioneta, lo hacen bailar. El alcohol, y el consumo de otras sustancias, lleva a que estas ceremonias en ocasiones se descontrolen; en los casos más extremos se ha registrado que el muerto aparece con leyendas, escritas en la frente, del estilo "No me entierren sin una cerveza en la mano".
Es de imaginar que la proliferación de la comunicación a través de internet también influya en estos asuntos. Una moda reciente es la de los "velorios online". Las funerarias más modernas ofrecen este servicio, que consiste en poner una cámara web en el cuarto donde reposa el cuerpo, y transmitirlo por una página web a la que los allegados pueden ingresar con una contraseña, para mantener la privacidad, y dejar mensajes como "q lastima q t hallas ido, Ricardo (carita triste)".
Sin embargo, la forma más peculiar de realizar un velatorio fue registrada en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fé, Argentina. La ceremonia terminó en un incendio con consecuencias fatales. Para aclarar cómo se dieron los hechos, aquí sigue una entrevista a Carlos Zamona, nieto de la anciana que estaba siendo velada.
- Carlos, ¿podría contarnos como se desarrollaba el velorio de su abuela?
- Si. Nos reunimos anoche en la casa de velatorios, para darle el último adiós a la abuela Marta. Vinieron muchos amigos y familiares. Lo hicimos a cajón cerrado.
- ¿A cajón cerrado? ¿De qué murió su abuela?
- De un infarto.
- Disculpe, pero me llama la atención porque los efectos de un infarto no hacen que el cuerpo sea muy impresionante de ver, ¿por qué fue a cajón cerrado?
- Es que era fea la abuela.
- Bien. Nos han dicho que ustedes tienen un método para celebrar los velorios que algunos califican de "extravagante".
- A nosotros nos parece de lo más natural. Aprovechamos un velorio para celebrar un cumpleaños, ya que estamos todos reunidos en un mismo lugar no va a ser sólo para estar tristes. En este caso mi sobrino Martín cumplía ocho años.
- Pero tendría que darse la casualidad de que un familiar muera el mismo día que uno cumple años.
- No, en realidad la abuela murió hace dos meses. La teníamos guardada en el congelador de la carnicería del barrio, mientras esperábamos que llegue la fecha del cumpleaños de Martín.
- Esto me parece muy sorprendente. No comprendo cómo hacen para combinar un velorio y una fiesta de cumpleaños.
- En este caso fue muy fácil. Pusimos un poco de música, bebidas, comida, y aprovechamos el cajón cerrado para apoyar la torta de cumpleaños.
- ¿Cuándo se produjo el incendio?
- Fue justamente cuando prendimos las velas de la torta, una de las velas se cayó de la torta y se metió por un agujero en el ataúd. Mi abuela tomaba vodka como si fuera agua fresca (una vez en un control de alcoholemia, resultó que tenía 3% de sangre en alcohol), así que el cuerpo se prendió fuego por completo en cuestión de segundos. El fuego se extendió por algunas cortinas y adornos y en cosa de minutos todo estaba envuelto en llamas; los que pudimos, escapamos corriendo.
- Tenemos entendido que hubo víctimas fatales.
- Si, tres de mis tíos mayores fallecieron por el fuego y el humo.
- Lamentamos mucho su pérdida. Debe ser difícil que el mismo día que estaban velando a su abuela, mueran otros tres familiares suyos.
- No es tan grave. Como siempre, de estas situaciones sacamos algo bueno. No nos pesa celebrar otro funeral para los tíos Mario, Oscar y Rodolfo, ya que dentro de dos semanas es el cumpleaños de los hijos de mi hermana Julia, los trillizos.
Esta sección contiene notas humorísticas y satíricas que no corresponden a la realidad. Podría no ser apto para menores de 18 años, se recomienda discreción.