Ni con el pétalo de una rosa
Desde pequeños escuchamos esa frase que dice: a la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa ¿Verdad o mentira? Los actos de violencia contra las mujeres no son hechos ajenos a nuestras vidas, nuestra madre, hermana, amiga, conocida o desconocida, muchas veces sufren golpes que les dejan cicatrices imborrables, pero ¿Son esos golpes los más fuertes en la vida de una mujer?
Mejor que yo, lo sabes tú, miradas de odio, humillaciones, acoso, desprecio, pero sobre todo, manipulación. Vas perdiendo muchas veces la identidad, la seguridad de ser la mujer que eras, y entre miles de cosas, ese amor propio por ti.
Los días pasan, y ese hombre al que alguna vez admiraste y respetaste, se convirtió en la peor pesadilla de tu vida.
No recuerdas cuando empezó, que lo causó, únicamente sabes que quieres salir de esa tormentosa situación que no te deja vivir. Recuerdas la última vez que lloraste desconsoladamente porque ese hombre al que dijiste amar, estando embarazada te cerró la puerta en la cara. Quizás recuerdas que te alejó de tu familia, y que para él, su familia era la única importante.
Cuando te insulta constantemente, tonta, inútil, y una serie de insultos que los llevas tatuados en el alma.
Los golpes pueden dejar cicatrices, pero la violencia psicológica te deja muerta en vida.
Es muy difícil recuperarse de todo eso que viviste, pueden pasar años, incluso estar lejos de ese hombre con el que alguna vez compartiste la cama, pero esa cicatriz que dejó en tu alma ya no se borrará jamás.
Recuerdas que te decía: la loca eres tú, me quieres hacer daño a mí, mala mujer. Acaso no te preguntabas día a día ¿Qué le pasó?, ¿Dónde se fue el amor? Quizás sigan siendo preguntas sin respuestas.
Hoy en día parece ser que las rosas ya no se encuentran en un hermoso jardín, donde todos las cuidan y protegen con amor. Esas rosas de las que tanto hemos hablado y que se encuentran muy cerca de nosotras, se han convertido en la peor víctima de la locura del hombre.
Si te maltratan psicológicamente no te quedes callada, pide ayuda que no estás sola y juntas con voz de protesta digamos: a la mujer ni con el pétalo de una rosa.