Tenor sudafricano Johan Botha muere a los 51 años
El sudafricano Johan Botha, uno de los tenores más respetados de su época, muere en Viena
El tenor Johan Botha, cuya voz suave pero potente encantó al público en los más grandes escenarios de la ópera y en una amplia variedad de papeles, murió el jueves en Viena. Tenía 51 años.
Elisabetta Harl, del Medea Music and Entertainment Group, que trabajaba con Botha, no dio detalles al anunciar el deceso, pero Botha padecía cáncer.
Mientras muchos de sus contemporáneos se enfocaban un repertorio relativamente reducido, el surafricano se sintía cómodo interpretando de Puccini a Wagner. En sus casi 30 años de trayectoria actuó en la mayoría de los principales teatros del mundo, como La Scala, el Teatro Real de pera Covent Garden, la pera Metropolitana de Nueva York y la pera Estatal en Viena, donde residía.
Extraordinariamente versátil, brilló en papeles que fueron de Florestan en "Fidelio" de Beethoven hasta las principales figuras de las óperas de Verdi, Wagner y Richard Strauss. Su voz era casual pero poderosa, de una fluidez que en su mejor momento apenas conoció límites.
También fue un cantante concertista consumado. Se presentó con las Filarmónicas de Viena y de Berlín, la Orquesta Sinfónica de Londres y la Orquesta de Cleveland bajo las batutas de Claudio Abbado, Daniel Barenboim y Christian Thielemann, entre otros.
Obligado a tomarse una pausa de siete meses, Botha celebró en junio un regreso que arrojó esperanzas de una recuperación, cantando uno de sus papeles emblemáticos, Siegmund en "Die Walkure" de Wagner, en la ópera de Budapest.
Hace tres semanas cantó por última vez en una gala en Ciudad del Cabo, en colaboración con la Asociación de Cáncer de Suráfrica, y tenía previstos papeles protagónicos en "Turandot" de Puccini y "Aida" de Verdi para la temporada de este año en Viena.
El president surafricano Jakob Zuma calificó a Botha como "un buen embajador de Suráfrica en el exterior" y elogió "su voz reconfortante y poderosa".
Amigos y colegas expresaron sorpresa por su deceso.
El director de la pera Estatal de Viena Dominique Meyer dijo que Botha "nos dejó demasiado pronto" e hizo colocar en el teatro una bandera negra en señal de duelo. Peter Gelb, su homólogo en la pera Metropolitana, dijo que su teatro "llora el inoportuno fallecimiento".
El tenor Michael Schade llamó a Botha "una de las voces más maravillosas con las que haya tenido oportunidad de compartir el escenario". Kasper Holten, director de la pera Real en Londres, se dijo "muy triste de oír que Johan Botha ha muerto" mientras que el barítono Thomas Hampson calificó la partida como una "enorme pérdida para el mundo de la ópera".
Nacido el 19 de agosto de 1965 en la ciudad de Rustenburg, en el norte de Suráfrica, Botha estudió canto desde temprana edad y alcanzó cierto éxito a nivel local antes de comenzar su carrera internacional, inicialmente como miembro del coro del Festival Bayreuth.
Saltó al estrellato en 1993 cuando apareció en la ópera parisina de Bastille como Pinkerton en "Madama Butterfly" de Puccini. No tardaron en darle papeles en otras importantes óperas de Europa.
Le sobreviven su esposa y dos hijos.