Juan Gabriel y la cultura en México
El fenómeno de la muerte de Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel, podría no trascender más allá de los círculos de los fans del cantautor mexicano, pero si nos ponemos exquisitos, incluso podemos notar sus significaciones más allá del ámbito musical. A pesar de no ser un activista por los derechos de, por la causa tal, o por el reconocimiento de nada, su muerte refleja un genuino interés por parte de la sociedad mexicana principalmente. Sabemos, México es una nación religiosa a más no poder, tanto así como para tener el santuario religioso más visitado de América y el segundo más concurrido del mundo, sólo después de la Basílica de San Pedro, en el mismísimo Vaticano.
Es de nuestro conocimiento también, el hecho de tener una de las diligencias religiosas más conservadoras del mundo, la cual, repetidas veces se ha manifestado en contra de la comunidad LGBTTTI y del matrimonio igualitario. Quizá podemos pensar, "la Ciudad de México es puntera en políticas progresistas, además México fue uno de los primeros países en lograr la separación del gobierno de la iglesia, nada que ver uno con la otra", pero una cosa es lo dicho, y otra cosa es lo hecho, además, la CDMX no representa el total de la población del país.
Debemos de aceptar la influencia de la Iglesia en nuestras costumbres y en nuestras decisiones. ¿A quién no lo han invitado a la ceremonia de la boda en la iglesia, pero ni se ha enterado del momento cuando la pareja se casó por lo civil? La influencia de la Iglesia en nuestras vidas, es innegable. Entonces, el hecho de tener a cientos de miles de personas, no sólo en la Ciudad de México, sino en todo el país, rezando y pidiendo respeto por la memoria de Juan Gabriel, quién dijo alguna vez con motivo de una pregunta por su orientación sexual: "Lo que se ve no se juzga". Entonces, ¿somos o no somos? Juan Gabriel, como instrumento de cohesión, tiene más fuerza social que la iglesia misma. Y puedo afirmar, la gran mayoría de los lectores están bautizados, y por la Iglesia católica.
Otro elemento para el análisis, es la parte artística. Siendo el joven Alberto, heredero de una larguísima tradición de músicos vernáculos, cantantes rancheros pues, logró dar un giro al paradigma de las letras. Las canciones rancheras antes de Juan Ga, eran canciones tipo: "Soy bien macho, yo no lloro, si te vas mujer, que te vaya bien, al rato me consigo otra, sólo me emborracho con mis amigos para que se pase rápido tu recuerdo". Pero el divo de Juárez logró demostrar que los machos también tienen, tenemos ejem, su corazoncito.
Con él, la música ranchera sacó su parte sentimental, pero no permitió la pérdida de lo esencial de la ranchera, o no es cierto, cuando escuchamos una canción de Juan Gabriel, interpretada por Vicente Fernández sabemos que tenemos frente a nosotros una auténtica canción ranchera, no menos de eso. El giro de la música provocada por Juan Gabriel, llegó para quedarse. Otra cosa dentro del rubro del artista, es el hecho de subirse en el recinto máximo de la alta cultura en México. Juan Gabriel, subió sus lentejuelas ("nacas y jotas" según el ex director de TVUNAM) y llenó el palacio de Bellas Artes. Tal parece a algunos intelectuales se les olvida que la alta cultura, se nutre de la cultura de masas. O necesitamos recordarles por ejemplo, las letras.
Nuestro español culto, es una deuda del vulgo, quienes no hablaban latín culto y deformaron el idioma hasta convertirlo en esta entidad intocable la cual no deberíamos de manchar con neologismos vulgares, pero "pus, YOLO". Si nos quedáramos sólo con aquellas piezas hechas por Bounarotti, por Goya, por Juventino Rosas, nuestra cultura hubiera dejado de moverse hace siglos, pues no olvidemos, los grandes aprendieron de otros grandes anteriores a ellos.
En fin, tenemos el derecho de negar un aprecio por Juan Ga, o también admirarlo y querer ir a la "mega peda" por la memoria del Divo, pero el hecho es que Alberto Aguilera Valadez, Juan Gabriel, llegó ser parte de la cultura mexicana, y latinoamericana, y en la memoria de todos, siempre lo tendremos con cariño, respeto y admiración. QEPD