El deporte ensuciado por la corrupción y los intereses

La corrupción se ha instalado en los deportes más populares a nivel mundial, es desde la propia diligencia donde nace todo, primero fué la Fila con Sepp Blatter, Michel Platini y demás secuaces muchos encarcelados en los Estados Unidos, desde amado de votos para reelecciones, hasta para ganar una sede mundialista como la de Rusia en 2018, es un mal que hace que la credibilidad en el deporte quede en entredicho, en el boxeo con esos escándalos en donde han sido literalmente asaltados por los jueces un gran número de boxeadores, todo se debe a una sola cosa: Dinero.

En los juegos olímpicos de Río no ha sido la excepción, pareciera que hay países de primera y de segunda, en boxeo, clavados y caminata es más difícil comprobarlo ya que son deportes de apreciación y eso hace que las suspicacias crezcan, favoreciendo en muchos casos al equipo anfitrión, ya que asegurando en finales a los locales pues se asegura el lleno en las arenas, y pareciera que solo interesan los temas comerciales y que los patrocinadores son los nuevos dueños de los juegos olímpicos, pero lo que ya raya en lo dantesco es que miembros de del mismo COI en especial el de Irlanda estuviera revendedores los boletos que el COI les acreditó para su país, vendiéndose a través de Agencias de Viajes una cantidad de 1000 boletos, una vez que la policía brasileña ha descubierto este fraude procedió a detener al dirigente Patrik Hickey de 71 años quien una vez descubierto junto con otros seis implicados, se sintió mal y tuvo que ir al hospital, pero saliendo de él tendrá que afrontar la justicia de aquel país, y después debe de ser corrido de por vida del deporte.

El fraude lo pudo realizar mediante una empresa llamada PRO 10 y en donde vendieron boletos para la inauguración hasta en 8,000 dólares, cabe hacer mención que también detuvieron a Ken Murray, Michael Glynn y Eaton Collins, además de descubrir que PRO 10 revendía a una empresa fantasma de nombre THG las entradas quienes quitaban muchas de las promesas del paquete de viaje y elevaban ostensiblemente el precio de las mismas.