El modelo económico mexicano: La fábrica de pobres con empleo
Es bien conocido, que México es un país principalmente manufacturero y es su principal músculo económico, durante los últimos años se ha incentivado la inversión extranjera mediante la privatización de la industria petrolera y otra serie de políticas neoliberales seguidas en el actual gobierno.
En palabras similares a las dichas en el discurso oficial, estas políticas van encaminadas a crear mejores empleos y con mejor paga. Es cierto que muchas empresas extranjeras han decidido invertir en México, principalmente por que la moneda mexicana cada día se deprecia más y más, o el hecho de que México tiene acceso a muchos mercados potenciales y muy importantes, tanto por tierra y mar, eso incluye al mercado más importante que es Estados Unidos.
Pero la verdad es un más oscura, México de acuerdo con datos de la OCDE es uno de los países que más trabaja, con 9 horas al día en promedio, en contraparte, en Alemania se trabaja poco más de 5 horas. Además con un salario mínimo de 73 pesos la jornada laboral, es decir unos 9 pesos por hora, en la misma forma en Alemania el salario es de 8.50 euros por hora.
Aunque México es uno de los países que más trabaja, es en donde menos alcanza y donde menos se vive mejor, de acuerdo con la misma OCDE 1 de cada 5 mexicanos es pobre, donde la media de dicha organización es de 1 de cada 10.
Es decir el mayor atractivo de México es su mano de obra barata, el modelo seguido por el actual gobierno es tener empleos, incentivando la industrialización del país con inversión extranjera, a través de mano de obra no especializada (es decir sin necesidad de poseer conocimientos técnicos o profesionales).
Son empleos con dinero que no alcanza, y con jornadas que matan, dejando mayor margen de ganancia a las grandes trasnacionales, México está condenándose a seguir los pasos de China, el cual es un país con un gran desarrollo económico, pero costa de sus ciudadanos, que incluye la explotación del trabajador e incluso del trabajo infantil, como fue el caso de Apple en China e Indonesia.
En México se está incentivando la creación de empleos no especializados, condenando a muchos jóvenes profesionistas al desempleo, a trabajos mal pagados, y a al pobre con empleo. Muchas empresas extranjeras contratan a los mexicanos para trabajos manuales, mientras que los empleos que requieren profesionales son ocupados por extranjeros, traídos por las mismas compañías de países, como EE.UU. o de Europa.
Cabe destacar que aunque EE.UU. pasó también por ser un país industrializado, actualmente se encuentra en una etapa de transición, en la que está dejando el sector industrial, apostando por el comercial.
México debe dejar de apostar por un modelo que condena a su gente a la miseria y la explotación, debemos apostar por la educación y la creación de una industria nacional fuerte y del desarrollo científico y tecnológico, que será la punta de lanza para tener empleos mejor pagados y una mayor calidad de vida. Hay talento, prueba de ello es el caso de varios mexicanos que han ganado medallas de matemáticas, robótica y en otras ramas a nivel internacional.
Mexicanos con talento, que ganan concursos internacionales, prefieren emigrar a EE.UU., donde se les da la oportunidad de desarrollar su ingenio, ya que en su país no se les da la oportunidad.
La fuga de cerebros en México, obedece a un modelo económico que apuesta a sectores industriales mal pagados, apuesta en educación técnica, un sistema que no apuesta por sus universidades y condena al talento al sepulto y olvido.
Más fenómenos como el narcotráfico y la inseguridad, obedecen al fracaso del modelo económico, jóvenes sin oportunidades y con trabajos con poco valor, han llevado a cientos o miles por el camino más fácil. La militarización de la inseguridad aumenta aún más el problema.
México es un país de obreros, donde pensar y tener un título, es sinónimo de pobreza, muchas empresas prefieren contratar a gente sin carrera, ya que así podrán pagar más barato por su trabajo.
El problema no es empleo, el problema son los salarios, apostar por la inversión privada extranjera, es dejar en manos la industria nacional en intereses ajenos y opuestos a los intereses nacionales.
Aumentar el salario mínimo a 200 pesos, será el primer paso para una vida digna, fomentar las empresas nacionales y la juventud de emprendedora es la clave.