Rafa Nadal: Cristo con una raqueta en la mano
Dicen que lo que le hace feliz a Rafa Nadal es saber que ha hecho todo lo que ha podido y si ha perdido, ha perdido. Por eso el tenista español nunca piensa en la última jugada. Es el único tenista que va perdiendo un set 5-0, 40-0, mete un punto y lo celebra con todo. En eso consiste el tenis y la vida. Hacer todo como si fuera tu última una oportunidad.
Magullado como Jesucristo, Nadal tenía en la espalda clavada la cruz de la derrota en estos JJOO por el lastre de las lesiones. Sin embargo resucitó y ha conseguido un oro en dobles junto a Marc López y un meritorio cuarto puesto en individuales.
En España no hay mayor deportista que Rafael Nadal. El tenista hace partícipe a los aficionados de sus victorias que saben que se dejará hasta la última gota de sudor por lealtad al público y responsabilidad. Siempre se deja la piel en el campo y nunca especula con el esfuerzo. Se lo inculcaron desde muy pequeño. En un campeonato juvenil Rafa perdía un partido 5-0 con la raqueta rota desde el primer juego. Su tío estaba en el campo de al lado, le avisaron y se lo dijo. La cambiaron y al final perdió 7-5. Toni le echó la bronca: «¿Tantos años y no te das cuenta de que está rota la raqueta? y Nadal respondió: «Estoy tan acostumbrado a tener siempre la culpa yo, que no me hubiera imaginado que la raqueta era la culpable de mi mal juego».
Rafa Nadal se ha vuelto a meter a la afición española en el bolsillo. Es el héroe de un pueblo en crisis de valores, económica y existencial en un país lleno de sobres de políticos en el gobierno, en el que está prohibido soñar. En España es más difícil que dimita un político que baje los brazos Nadal. A los que les han quitado las alas, se han ido a otros lugares para trabajar, están parados, muchos encuentran su unión, que falta para luchar en la calle, animando a Nadal.
Si el deporte sirve de consolador social, Nadal es un anticuerpo contra la crisis de los españoles. Los deportistas deberían ser el ejemplo para una nueva generación. En España todos los crucifijos deberían ser eliminados de los colegios y poner algunas frases de Nadal: "Colgaría la raqueta lo más alto que pudiera, para no poder descolgarla, antes de hacer una trampa". "Cualquier victoria es importante para mí porque me da la oportunidad de jugar otro día. Y eso es lo que necesito, jugar. Necesito competir para vivir". "Es cosa mía decirme: 'Venga, no es el momento de quedarnos aquí en el suelo. Hay que levantarse y seguir". "No es negarme a perder,es negarme a tirar la toalla". "Cuando juego, levanto una muralla a mi alrededor con el cemento de la familia". O como cuando ganó la última medalla de oro en los JJOO: "Es especial porque consigo ganar con uno de mis mejores amigos".