"Desde hace 2 años no puedo dormir 8 horas consecutivas. Por lo regular, me despierto en medio de la noche para escuchar los ruidos de la calle, pensar en mis deberes del día siguiente, pensar en todo lo malo que le puede suceder a mi familia cuando salgan de casa rumbo a sus empleos, pensar en la delincuencia y en todo lo que hice mal el día previo. Cualquier ruido me priva del sueño, el simple ladrido de mi perro logra que me levante de la cama y pase horas mirando por la ventana, en busca de un ladrón.
Todo inició cuando fui asaltada en la calle. Después del incidente, no quería salir de casa; el simple hecho de pensarlo, me estremecía. Dejé de salir de mi hogar, pues cuando lo hacía, me sentía nerviosa, mi cuerpo se tensaba y parecía que las personas me vigilaban. En casa me sentía segura, pero no era suficiente; todo el tiempo debía cerrar las puertas con llave, asomarme por la ventana para cerciorarme de que nadie me vigilara e incluso el sonar del teléfono me preocupaba, así que lo desconecté.
Mi familia estaba insegura en su trabajo y en la escuela, por lo que trataba de evitar que salieran. La mayor parte del tiempo estaba irritable y peleaba con mi familia, empecé a enfermarme de cosas que no había experimentado antes: gastritis, dolor de cuerpo, resfriados frecuentes, diarreas constantes, etc.
Mi familia estaba preocupada, por lo que llevaron a mi médico de cabecera a casa, para que me revisara. El médico les dijo que éstos podrían ser síntomas de un trastorno de ansiedad y me recomendó asistir con un psiquiatra. Con mucho esfuerzo, salí de mi hogar para visitar al psiquiatra. Tenía miedo de que me encerrara en un manicomio o que me dijera que estaba loca, pero sucedió todo lo contrario. Después de evaluarme, el psiquiatra me explicó que la ansiedad incontrolable y la depresión son los trastornos más comunes en el mundo; además, con algunos fármacos y terapia psicológica, podría solucionar mi problema.
Inicié el tratamiento conjunto y después de dos años de 'sobrevivir', al fin puedo disfrutar de cosas tan simples, como ver TV, hablar por teléfono, e incluso ir al supermercado."
Todas las personas experimentamos ansiedad ante situaciones peligrosas como un asalto, un choque, etc. Sin embargo, cuando la ansiedad se presenta por un tiempo ininterrumpido e impide que cumplamos con actividades cotidianas: salir de casa, comer, trabajar, e incluso, deteriora las relaciones amorosas, familiares y sociales, estamos hablando de un trastorno de ansiedad. Es decir, la ansiedad se torna clínica. Así, la persona no puede controlar la ansiedad que experimenta, de modo que necesita apoyo profesional: psiquiátrico y psicológico.
Es común que las personas teman a los psiquiatras, pero no te preocupes, es usual que las personas ansiosas requieran fármacos para controlar la ansiedad, los cuales sólo pueden ser recetados por estos profesionales.
Hay diversos tipos de trastornos de ansiedad, sin embargo, todos tienen solución si se recibe el apoyo adecuado. No postergues la solución a tus problemas, si crees que tú o alguien que conoces experimentan ansiedad incontrolable, acércate a un profesional de la salud para recibir orientación específica. Recuerda: ¡no estás solo!