Yo nací muerta. Ocasionalmente respiro, pero vivo en un infierno eterno. Nada menos. El dolor, la ira, confusión, la incertidumbre; creo que eso último es lo peor, andar por la vida sin saber cómo me voy a sentir de un momento a otro. Lastimarme porque lastimé a los que amo, lastimarlos por haberme lastimado, un terrible ciclo.
Esa sensación de sentirse incomprendido, la otra de insatisfacción. Nada me da placer, todo me hace daño. Anhelar la muerte, pero no ser capaz de irme porque siento demasiada culpa por dañar a los que me rodean, para finalmente buscar remedios temporales que hagan este dolor desaparecer.
En el fondo siempre supe que algo estaba mal en mí, aunque no tenía la certeza. Creo que las personas que me rodean también lo sospechaban. Las siguientes son algunas características del Trastorno Límite de la Personalidad (TLP):
- Inestabilidad emocional: frecuentes y rápidos cambios de humor; falta de control sobre las emociones, intensa ira y la rabia; e intensa tristeza y la irritabilidad.
- La mayoría de las relaciones son intensas, es decir, hay una gran cantidad de conflictos, además existe la tendencia de ver a la otra persona como todo bueno o malo.
- Paranoia bajo estrés; episodios de entumecimiento o disociación de la realidad.
- Participar en comportamientos impulsivos como manera de alivia su dolor, entre ellos compras compulsivas, tener relaciones sexuales promiscuas, conducir imprudentemente, abuso de drogas o alcohol, trastorno por atracón o alimentación excesiva, amenazas e intentos de suicidio, y la auto-lesión que va desde provocarse enfermedades, rehusarse a tratamiento médico o auto-flagelarse.
- Existe un temor constante e intenso de abandono, real o imaginario.
- Hay una cierta inseguridad de la identidad; la sensación de una falta de personalidad o incluso de la inexistencia total. Un vacío imposible de llenar.
Si tú o alguien a quien conoces tiene algunos de estos rasgos, busca ayuda profesional. Nunca es tarde.